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PORTUGAL CAMBIA DE CARA

El PP duplica sus votos y consigue ser la tercera fuerza política

El nuevo Partido Popular (PP) de Manuel Monteiro ha ganado todas las apuestas: ha duplicado el número de votos del viejo Centro Democrático y Social (CDS), triplicado el número de escaños (de 5 a 15) y robado al Partido Comunista (PCP) el lugar de tercera fuerza política del país.

La lucha por el tercer lugar no fue menos reñida que la de los dos candidatos a la jefatura del Gobierno y se mantuvo incierta hasta el último momento, pero acabó por ganar el PP por medio punto a la Coalición Democrática Unitaria, encabezada por los comunistas, que perdió un escaño y tendrá la misma representación parlamentaria que el partido de Monteiro: 15 diputados.

Pero el empate técnico no tiene el mismo valor para el veterano comunista Carlos Carvalhas que para el recién estrenado líder del PP. Para los comunistas portugueses, los comicios del pasado domingo significan también el fin de un ciclo histórico. Como subrayaba uno de sus dirigentes, en Portugal, un Gobierno no es de izquierda por el solo hecho de ser del Partido Socialista; es necesario que dependa del PCP para la definición de su programa y de su política.

Desde que los socialistas perdieron el poder, hace 10 años, los comunistas han vivido con la ilusión de que el PS tendría que hacer una alianza con ellos para reconquistarlo. Un sector importante del PS, que incluye al propio presidente Mario Soares, ha defendido esta apertura a la izquierda", que sale claramente derrotada de las urnas. La eventual elección de Jorge Sampaio como presidente de la República dependerá de ahora en adelante de la "nueva mayoría" que se aglutina alrededor de Guterres, y muy poco de la coalición socialista-comunista que le permitió conquistar la alcaldía de Lisboa hace seis años.

Jóvenes anti poder

Manuel Monteiro tiene por delante un reto exactamente opuesto: el de transformar en un verdadero partido el revoltijo de ideas y de votos que es todavía el PP. La juventud, la irreverencia y la cultura anti poder han sido sus triunfos, y está claro que se llevó la mayor parte del electorado nacido después de 1974.De momento, el futuro del PP sigue siendo incierto. Puede revelarse como un fenómeno efímero, destinado a extinguirse después de provocar en la derecha el mismo reajuste que se produjo en la izquierda tras la derrota socialista de 1985 o ser el embrión del partido nacionalista, antieuropeo, derechista, que no consiguió cuajar en Portugal en los últimos 20 años. El modelo de Jacques Chirac es el que más seduce a los ideólogos del PP, que tienen los ojos puestos en José María Aznar.

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