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Vuelve la alegría

Maradona regresa hoy como jugador tras quince meses de sanción

Como antes el cantor de tangos Carlos Gardel o como Juan Domingo Perón, el que fuera tres veces presidente de la nación, Diego Maradona se sube al podio de los mitos argentinos que cumplen con el eterno retorno. Maradona ya volvió al fútbol en 1992 cuando reapareció en el Sevilla después de su primera suspensión por consumo de cocaína. Pero Maradona volvió nuevamente al fútbol en 1993 cuando debutó en el Newell's de Argentina. Y regresaría también en 1994 a la selección nacional en la Copa del Mundo disputada en Estados Unidos, donde se comprobó una vez más que había consumido drogas prohibidas y fue suspendido entonces por 15 meses.Esos 15 meses se cumplen hoy, cuando Diego Maradona va a reaparecer exactamente un mes antes de cumplir 35 años en Seúl, jugando para el Boca -equipo del que es fanático y en el que siempre dijo que acabaría su carrera- un partido de tono amistoso frente a la Selección de Corea. Como corresponde, los periodistas argentinos han viajado más de 35 horas desde Buenos Aires junto con la delegación del Boca para retransmitir por todos los medios el llamado Retorno IV. El regreso del mito deslumbra, ciega y oculta bajo los fuegos de sus declaraciones la gravísima crisis de juego, de resultados y económica que atraviesa el fútbol argentino.

El Maradona que reaparece ha perdido ya su expresión de ingenuidad y cierto aire infantil que tenía al sonreir. Ahora es un hombre grande que parece siempre al borde de un ataque de histeria. Se ha dejado una barba rala que le rodea el mentón, se tiñe un mechón del pelo de rubio y habla a los periodistas sin límites de tiempo ni de temas. En el último mes, y en particular desde que llegó a Seúl hace 10 días, Maradona ha dicho de todo. La presentadora de un telediario dijo anoche: "Recuerde, el sábado, a las ocho de la mañana hora de Argentina, vuelve la alegría".

Para el final queda saber cómo está de físico y de ánimo. Él mismo se ha dado, de cero a 10, "un seis". En los entrenamientos se le ha visto hábil y genial como siempre, pero con problemas de reserva de aire. Ayer, aún tuvo tiempo para soñar: "Sueno con un golazo tras un pase de Caniggia, en una jugada que comenzaría por el sector derecho de la cancha. Yo eludiría a dos rivales y quedaría solo frente al portero para fusilarlo".

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