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Las nuevas empresas de giros al exterior acaparan las transferencias de inmigrantes

Los inmigrantes que viven en Madrid envían parte de sus ahorros a los familiares que se quedaron en el país de origen, pero la mayoría, no utiliza para ello los servicios convencionales de los bancos. Decenas de empresas dedicadas a las transferencias al extranjero han acaparado ese mercado de giros al exterior, en especial a Latinoamérica. A menudo cobran más comisión que los bancos, pero lo hacen todo más fácil: no es necesario disponer de cuenta bancaria, llevan el giro hasta el domicilio del destinatario... En la región viven 150.000 inmigrantes, entre regulares e irregulares, incluidos los del Primer Mundo.

Las bazas de las empresas de envío son la rapidez, el trato familiar con los usuarios, la amplia cobertura y la escasa cultura bancaria de buena parte de la clientela y de sus parientes en el país de origen. Los inmigrantes encuentran en estas entidades -perfectamente legales- una manera sencilla y rápida de efectuar las operaciones.Las prefieren a los bancos porque, aunque a menudo paguen una comisión algo superior, el dinero llega rápidamente y no hace falta que ni ellos ni los receptores dispongan de cuenta bancaria, una, costumbre poco habitual en algunos países como la República Dominicana. Aquí pueden abrir cuenta con el pasaporte.

Además, estas empresas tienen mayor cobertura que un banco y, a menudo, portan el envío al mismo domicilio del destinatario. Muchos inmigrantes, especialmente aquellos que cárecen de permiso de residencia, prefieren estas oficinas porque los bancos, más oficiales, con guardas y cancelas de seguridad, les infunden temor. En ellas pueden hacer la transacción sólo con mostrar el pasaporte.

Estal oficinas de giros al exterior se concentran en la almendra central de la ciudad, en los distritos de Centro, Tetuán y Chamberí y en distritos con fuerte presencia latinoamericana, corno Aravaca. Ni los empresarios del sector ni el Banco de España manejan una cifra exacta del número de compañías de este tipo que existen en la ciudad. Pero en la única reunión celebrada hasta ahora entre estas entidades llegaron a juntarse casi dos decenas y todavía faltaban.

Algunos de estos negocios están enclavados en oficinas de cambio de moneda extranjera. Otros, en locales variopintos como una peluquería o. una autoescuela. Además de dinero, a menudo también gestionan el transporte de paquetes o servicios especiales de felicitación de cumpleaños, envío de tartas, ramos de flores y de regalos. No es extraño hallar en estas sedes ofertas y demandas de trabajo, anuncios de establecimientos de comida y bailes, incluso direcciones útiles para un extranjero.

Y, algo importante, entre el personal que atiende al público trabajan marroquíes, dominicanos o filipinos, lo que hace que los inmigrantes se sientan más cómodos al poder exponer sus necesidades y dudas a alguien culturalmente cercano.

La mayoría de estas entidades se anuncian en revistas gratuitas destinadas a los inmigrantes o reparten folletos y tarjetas en consulados y embajadas. Pero el sistema de mercadotecnia más habitual parece ser el boca a boca entre compatriotas. No existe una homogeneidad entre todas las entidades que anuncian estos servicios: Moneygram, Westem Union, Interenvíos, Iberoamérica Express, Europhil, Ría Envía, Quintana Multienvíos...

Algunas de estas entidades establecen envíos mínimos y máximos. Buena parte de ellas trabajan a través de entidades baricarias. Las hay que cobran dos veces: gravan el cambio en dólares y, además, establecen una tasa; y otras que incluyen la comisión en el cambio. El dinero llega, al destinatario en tiempos que van desde los 10 minutos a las 48 horas; depende de la empresa y del país receptor. Unas llevan más de tres años abiertas -la más antigua se inauguró en 1989-, y otras sólo meses.

En el mismo día, según pudo comprobar este periódico, en unas se podía comprar dólares a 135, 128 o 130 pesetas. Por enviar una cantidad idéntica al mismo país cobraban comisiones que oscilan entre el 3% y el 5% de la cantidad remitida.

José Pavón, responsable de Moneygram, una de estas empresas -siete oficinas abiertas en Madrid desde hace dos meses-, explica: "Los inmigrantes prefieren este servicio a la transferencia bancaria, que les resulta más engorrosa y tarda más. Hemos abierto estas oficinas a partir de que el Banco de España. dictase una circular autorizándolas en l992".Esta sociedad envía dinero a decenas de países de Asia, Europa y América, y tiene a gala que la cantidad remitida llega al destinatario en 10 minutos. "Apenas realizamos giros, a países africanos, aunque cada vez existe mayor demanda, sobré todo en el Maresme catalán", apostilla. "El Banco de España no fija a cuánto debe realizarse el cambio, funcionan las leyes del mercado, nosotros trabajamos con comisiones del 3% al 5%, según el país, que nos parecen bastante equilibradas", matiza.

"Un nicho pequeñito"

Un directivo de una sociedad pionera de este servicio en Madrid, que prefiere mantenerse en el anonimato, asegura que en 1989 nadie realizaba esta actividad en España. Pero en cinco años el mercado camina, según él, hacia la saturación. Basa el éxito de estas empresas en la proximidad con el cliente. "Ocupamos un nicho pequeñito y los bancos tienen otras líneas de negocio más fáciles".El procedimiento es simple. La persona interesada en efectuar el envío acude a una de estas oficinas documentada con su carné de identidad, su permiso de trabajo y residencia o su pasaporte. La transacción puede realizarse en dólares o en la moneda local del destinatario, según la empresa y las leyes del país receptor. El emisor se queda con un recibo.La persona a quien va dirigido, su envío puede recogerlo en una oficina determinada, también cabe la posibilidad de que se lo ingresen a cuenta, si la tiene, o de que se lo lleven a su casa.

La actividad de estas sociedades es legal desde el punto de vista monetario, según el Banco de España, ya que las transacciones económicas con el exterior están liberalizadas desde el Real Decreto de 20 de diciembre de 1991. En él, el Ministerio de Economía y Hacienda establece algunos límites, como la exigencia de una previa autorización administrativa cuando la cantidad sea superior a cinco millones de pesetas por persona y viaje. Esta es una medida contra el blanqueo de dinero del narcotráfico.Si la cantidad supera el millón por persona y viaje, es preciso declarar el movimiento de dinero, pero no requiere autorización. Los importes enviados por los inmigrantes son muy inferiores a esas cifras. Algunas entidades aseguran que fijan un tope de 250.000 pesetas por persona y mes, a fin de evitar que este sistema se utilice para mover dinero de oscura procedencia.

Este es un sector sin cohesión entre compañías donde, junto a entidades de manifiesta honradez, pueden surgir sociedades turbias con ánimo de estafa. Portavoces del Cuerpo. Superior de Policía aseguran que no han recibido denuncias relacionadas con estas compañías de envío, si bien puede haberse dado algún caso en el que la víctima fuera un inmigrante irregular temeroso de recurrir a los agentes.

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