La duda resuelta
Muchos eran los que se preguntaban en la tarde del sábado si esta competición perdería interés en el caso de que Estados Unidos volviera a ganar. Con la victoria de Europa y no solamente con eso, sino con las ganas de vencer mostradas por los jugadores de ambos equipos, han demostrado que este torneo tiene cuerda para rato; pues hemos podido comprobar ayer tarde que un final de Ryder Cup no tiene nada que envidiar a ningún torneo del Gran Slam. Los españoles, tenemos una oportunidad única de poder vivir estas emociones en 1997 y no debemos de desaprovechar esta oportunidad.La lección. La gran lección que se ha aprendido de esta Ryder Cup es que no se puede depender totalmente de las figuras, ya que éstas también pueden fallar. Hay que confiar en los jóvenes y rotara todos, los jugadores del equipo.
El golpe y la imagen. A pesar de la victoria europea, y de los dos hoyos en uno, el golpe del torneo pertenece a Corey Pavin, con su chip del 18 el sábado. La imagen del torneo, sin embargo, no puede ser otra que la unión y camaradería vista en el último hoyo, con todos los jugadores, incluido Ballesteros, llorando de emoción.
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