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Amenazas sobre Turquía

La dimisión de la primera ministra turca es una mala noticia para Europa. Los socios de Turquía deben esperar que Tansu Çiller consiga resolver la crisis política que sacude a un país esencial para el equilibrio de toda una región, a la que nadie puede desear que entre de nuevo en un periodo de turbulencias políticas. Çiller, primera mujer que dirige un Gobierno en 72 años de historia de la República turca, no ha llevado una política -en poco más de dos años de poder- que permitiese afirmar que Turquía se hubiese unido, por fin y definitivamente, al campo de los países democráticos. La sanguinaria represión del Ejército contra los separatistas kurdos en el sureste de Anatolia, así como las múltiples violaciones de los derechos humanos, lo prueban todos los días.Aunque prisionera de un partido conservador a menudo arcaico y teniendo que contemporizar con una jerarquía militar celosa de mantener sus prerrogativas, la primera ministra dimisionaria ha, sin embargo, comenzado una serie de reformas destinadas a acercar más Turquía a Europa. (...) Turquía tiene un papel que desempeñar cada vez más determinante en la dinámica de una zona entre los Balcanes y Asia Central, y que ha estado enormemente sacudida por las convulsiones del poscomunismo. Desde este punto de vista, Çiller podía representar un modelo tranquilizador y moderno.

22 de septiembre

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