El veleta de Pujol y la 'piuma al vento'

Veleta. Rosa de los vientos. "Donna é mobile cual piuma al vento". Son expresiones que Julio Anguita dedicó ayer al presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, en declaraciones a Los desayunos de Radio 1. El coordinador general de IU advertía así de los peligros de que Pujol cambie sus intenciones y termine por apoyar los Presupuestos del Estado, que, en su opinión, "han nacido muertos".Anguita hizo un repaso general, con durísimas aseveraciones, sobre los últimos acontecimientos en tomo a las entrevistas mantenidas por el abogado de Conde, Jesús Santaella, con el presidente del Gobierno y el ministro de Justicia e Interior.

Pero sus baterías afinaron el tiro con Pujol. Anguita no se fía: es un veleta. Así que no descarta que, a pesar de todo, termine apoyando los Presupuestos, "porque la rosa de los vientos del señor Pujol puede cambiar". Tampoco de fía de Felipe González. Ni se fía ni cree en él. Y prefiere hablar de "trato" entre González y el abogado de Conde que de "chantaje o conspiracion".

Fue un día pleno de declaraciones de miembros de IU. El diputado por Sevilla Felipe Alcaraz acusó a González de haber declarado una "guerra civil sin escopeta", al haber provocado, en su opinión, la división y la confusión de la sociedad.

Y más. Rosa Aguilar, portavoz del grupo parlamentario IU-IC, pidió al fiscal del Estado, Carlos Granados, que actúe "urgentemente" para determinar si hay indicios de delito en los intentos de presión al Gobierno por parte de Conde y Juan Alberto Perote.

Su compañero de filas Diego López Garrido terciaba en las declaraciones de Aguilar, que había recogido el guante lanzado por el PP sobre la creación de una comisión sobre los GAL. López Garrido dijo: "Nuestro grupo no ha tomado aún una decisión en este sentido". En cualquier caso, él se mostró partidario de "mirar hacia el futuro", planteando a los ciudadanos nuevas propuestas de cara a unas posibles elecciones.

López Garrido presentó ayer mismo una proposición de ley para modificar el Estatuto del Ministerio Fiscal, de forma que el Gobierno no pueda destituir al fiscal del Estado y que su mandato sea de cinco años.