'Sprints' en la montaña
En el pelotón siempre es muy difícil estar, sobre todo cuando llega la subida. Entonces todos queremos estar delante, hasta los que marchan mal En etapas como ésta, la de Sabiñánigo, a falta de cinco kilómetros para comenzar los puertos se produce siempre como un sprint. Ahí te tienes que ganar el sitio con codazos, gritos, "quítate que voy yo", aparta que mancho"...Todo es un constante adelante-atrás, adelante-atrás hasta que empieza la subida de, verdad, cuando cada uno se va a su sitio, aunque siempre hay quien se va a quedar y aguanta ahí sufriendo, pero siempre cae. Toda la movida la ha iniciado Ugrumov. Nosotros, los del Banesto, no pensábamos que se iba a ir tan rápido, de hecho pensábamos mover la etapa nosotros, pero el letón quería ganar la etapa. Cuando saltó, todos los del ONCE fueron a por él, como fieras. Le cogieron una vez -menuda subida nos ha pegado Züle-, pero después, en el Soulor, se fue por narices. Bajo el impulso de la ONCE se cortó el pelotón y yo me quedé, aunque tranquilo porque sabía que era imposible que llega ran muy lejos. Ya en el Aubisque subí con los buenos. Mi objetivo es seguir viéndome día a día, ver cómo aguanto mi primera carrera de tres semanas. De hecho, estos días he levantado un poco el pie.
Lo que me gusta más de las carreras, o casi lo mejor, es eso de poder comer mucha pasta. La devoro en la cena a pesar de llenarme también bien en el avituallamiento. Sin embargo, acabo cansado de tanto dulce. Desde los cereales y el yogur del desayuno, hasta más cereales en la cena, estoy un poco harto, porque en la bolsa también nos ponen pastelillos de mermelada, higos y nocilla. Así que acabo tirándolos y comiendo fruta fresca. Además, me alimento bien con. los líquidos, mejor que la bollería.
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