_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Hay grupo, hay equipo

Vamos a mejor. Hay equipo porque hay energía, convicción y velocidad. Clemente tiene como mejor virtud su capacidad de transmitir a los jugadores. El grupo existe y se sabe grupo. Además, poco a poco Clemente va tragando con algunos estilistas. La mezcla entre bigardos y virgueros empieza a ser más proporcionada.

Pizzi-Alfonso. Parece que sí, que tenemos delanteros. Pizzi tiene gol. En este equipo juega con todos los sentidos y las que le pasan cerca las mete dentro. Pero lo de Alfonso es punto y aparte. De repente está rompiendo en el jugador que apuntaba a los 16 años. Jugador para romper cualquier defensa por calidad técnica, por talento puro. Varias de sus maniobras fueron de verdad brillantes y una, inolvidable. Por unos instantes fue Pelé.

Más información
España saca punta al talento

Fran-Guerrero. Los estilistas del medio campo, con cuentagotas. 0 uno u otro. Fran mejoró actuaciones anteriores en este equipo. Va cobrando confianza y seguridad. Contó en la construcción del juego. Guerrero es fiel a su impecable llegada. Nunca ha faltado a una cita, que se recuerde.

Alkorta. Un caso claro de lo que significa la confianza para un jugador. En el Madrid se equivoca en casi todas sus intervenciones. Hace penaltis, se gana expulsiones y continuamente llega tarde. En la selección, impecable. Entusiasta y con aires de jugador importante.

Medio campo. Decepcionante el medio campo argentino, en especial en la primera parte, en la que no consiguió el balón, no supo cortar, no supo enfriar el juego, aunque lo intentó, y tampoco tuvo creatividad. Dejó aislados arriba a Baldo y Batistuta y ni siquiera supo lanzarles balones a la espalda de la defensa española para explotar la velocidad de ambos. En la segunda parte mejoró, pero sobre todo porque Nadal se hundió en la miseria cuando le tocó ocupar la plaza de Caminero. España jugó el segundo tiempo con 10.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_