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Enrique Bacigalupo, el nuevo juez de Filesa no pedirá 'dedicación' exclusiva

Enrique Bacigalupo Zapater, magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo y desde ayer nuevo instructor del caso Filesa tras la renuncia a la carrera judicial del juez Marino Barbero, aseguró que no pedirá de momento la dedicación exclusiva de la que gozaba su predecesor. De origen argentino y catedrático de Derecho Penal, está considerado uno de los mejores magistrados en el orden técnico, cualidad a la que añade, según fuentes del Supremo, una gran capacidad de trabajo.

Enrique Bacigalupo, nacido en Buenos Aires (Argentina) hace 57 años, tiene la doble nacionalidad argentina y española y deberá hacerse cargo, a partir de ahora, de los 22.000 folios del caso Filesa. Sobre él recaerá la misión de dictar, en su caso, el auto de apertura de juicio oral en el que figurará la relación definitiva de políticos, banqueros y empresarios que deberán ser juzgados por la presunta financiación ilegal del PSOE.Bacigalupo accedió al Tribunal Supremo en 1988 por el turno de juristas de reconocido prestigio. Fuentes del Supremo informaron que es uno de los magistrados más estudiosos, ya que tiene publicados una decena de libros y unos 120 artículos sobre su especialidad. Las mismas fuentes lo sitúan como un garantista, muy preocupado por la defensa de los derechos humanos.

Progresista moderado, su candidatura en las pasadas elecciones a la presidencia de la Sala Segunda obtuvo los votos de seis consejeros del Poder Judicial, nombramiento que recayó finalmente en el candidato conservador, Fernando Cotta.

Bacigalupo ha trabajado en España y en Alemania. En este país desarrolló su actividad docente en la Universidad de Bonn, y como investigador del Instituto Max Plank. Antes de ser promovido al Tribunal Supremo era letrado del Tribunal Constitucional.

Su principal actuación profesional como magistrado de la Sala Segunda del Supremo fue la sentencia del caso de la colza. Bacigalupo corrigió la polémica setencia de la Audiericia Nacional, recibida a pedradas por los afectados tras el juicio de la Casa de Campo y cuadruplicó las penas a los princip ales aceiteros implicados.

Más recientemente, elevó de año y medio a casi cinco años la condena impuesta por la Audiencia de Jaén al alcalde socialista de Mancha Real, ante la "exaltación antiracial" contra la población gitana que apreció en la conducta de los responsables del ayuntamiento.

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Bacigalupo también fue ponente de la sentencia del Supremo sobre el caso Brouard, en la que confirmó la pena de 33 años de cárcel para Rafael López Ocaña por el asesinato del dirigente de Herri Batasuna. Y confirmó las penas de 12 años impuestas por la Audiencia de Madrid en la primera sentencia del Tribunal Supremo sobre violación de la mujer por su marido.

En sus primeras declaraciones, Enrique Bacigalupo señaló que, en su opinión, Filesa se trata "de un caso más" aunque "con una gran carga de responsabilidad".

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