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NECROLÓGICAS

Fernando Flórez Plaza, arquitecto

Este amigo mío, que ha muerto anteayer en Madrid a los 76 años de edad, tras una dolorosa enfermedad, había nacido en Segovia en 1919, donde su padre era profesor de la Academia General de Artillería. Huérfano temprano, de una familia de siete hermanos, no tuvo una infancia fácil ni tampoco una juventud tranquila porque sus sinceros sentimientos republicanos -que nunca perdió- le llevaron a participar en la guerra civil como teniente de Artillería, después de haber estudiado en la Escuela de Guerra que el Gobierno republicano estableció en Lorca.Terminada la contienda pasó seis largos meses en un campo de concentración, para tener luego que hacer, como soldado raso, una penosa milicia de tres años, durante los cuales fue haciendo la carrera de aparejador (hoy arquitectos técnicos) que terminó en 1943. Su gran capacidad para las matemáticas le permitió el cálculo de estructuras de proyectos de muchos notables arquitectos que empezaban entonces a crear la trama hospitalaria de la sanidad nacional.

El año 1962 consiguió el título de arquitecto y, como tal, pudo dedicarse de lleno, desde el Instituto Nacional de Previsión, al proyecto y construcción de gran número de importantes hospitales. La Maternidad de Barcelona (1964); la Fe de Valencia (1966) y el Centro Ramón y Cajal, de Madrid, que había iniciado su colega Marcide, son obra suya.

Pero la autoridad que consiguió en esta especialidad traspasó nuestras fronteras y llevan su firma varios hospitales de Portugal, de Belice, de Irán y de Argelia. La nueva estructura del Centro Valdecilla, en Santander, también a él se le debe. Y yo no puedo olvidar el entusiasmo e ilusión que puso en el proyecto y construcción de la sede social de Alianza Editorial, primero, y en el edificio inicial donde nació este periódico, después.

Sus dos grandes aficiones fueron la música y la natación. Quizá el genio que tenía para andar en las relaciones formales de los entes matemáticos se extendiera a gozar y entender muy a fondo de la música, que es la relación formal de los sonidos. Como nadador fue campeón nacional de los 1.000 metros y recordman de la travesía del Urumea, que nadie le podrá ya arrebatar al haberse suspendido este acontecimiento deportivo por la polución del castizo río quipuzcoano. Durante varios años fue vicepresidente del Canoe y tiene la medalla de oro y brillantes que este club sólo ha entregado hasta ahora a siete agraciados.

A su esposa, Solita, que tanto le acompañó en la vida, y a sus valiosos hijos, les envío un cordial abrazo, es decir, un abrazo pasado por el corazón.

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