El Poder Judicial acepta sin un solo voto en contra la renuncia de Barbero
Marino Barbero dejó de pertenecer ayer a la carrera judicial, después de que el Pleno del Poder Judicial aceptase, con una sola abstención, su renuncia como magistrado. Tan controvertido como jaleado, el polémico juez deja tras de sí una de las más convulsivas y aparatosas instrucciones de la historia judicial. El caso Filesa, que comenzó como "procedimiento abreviado", ha cumplido su cuarto año sin que se sepa cuáles de los 39 políticos, empresarios y banqueros inculpados se sentarán en el banquillo.
Tras la excedencia que solicitó el juez Luis Lerga, instructor del caso Rumasa, por no haber sido promovido al Tribunal Supremo, Barbero es el segundo de los jueces estrella que deja la carrera judicial.Pero a diferencia de Lerga, que concluyó todos sus procesos, Barbero, que llegó al Supremo a dedo y procedente de la cátedra de Derecho Penal, ha dejado inacabada la primera y única instrucción de su vida profesional.
La aceptación de su renuncia por el Poder Judicial abre al menos la posibilidad de que la Sala Segunda nombre un nuevo instructor que concluya las actuaciones, colgadas por Barbero antes de dictar el auto de apertura del juicio oral.
Es esta resolución la que, tras el estudio de los escritos del fiscal y las acusaciones, establece al relación definitiva de inculpados que se sentarán en el banquillo y serán sometidos a juicio.
En declaraciones a Antena 3, Barbero consideró que ayer, en que el Pleno del Consejo aceptó su renuncia, fue "un día triste para la independencia judicial". Barbero siguió manteniendo que su decisión de abandonar la Judicatura es consecuencia de la actitud del Consejo del Poder Judicial de no ampararle frente a unas declaraciones del presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y no por las críticas recibidas durante la instrucción de Filesa. El Poder Judicial desechó el amparo, dado que Barbero presentó una querella contra Rodríguez Ibarra.
