El Compostela tritura al Depor

J. L. ESTÉVEZ, El tercer grande también cayó en una jornada maldita para los aspirantes al título. Pero la derrota del Deportivo estuvo rodeada de unas circunstancias que pueden darle más importancia que la simple pérdida de los puntos en juego. Lo inesperado del resultado -hacía mucho tiempo que el, Deportivo no encajaba. tantos goles en un partido oficial- deja al conjunto de Toshack en situación precaria después de una pretemporada y un inicio de Liga plagados de alabanzas. La humillante goleada lo fue más por la actitud de los jugadores del Deportivo sobre el campo que por lo abultado del marcador.

El partido comenzó bajo el guión previsto. El Compostela asumió su papel de débil y entregó el balón a su rival. A pesar de contar con peloteros contrastados como Fabiano y José Ramón, el técnico local, Fernando Vázquez, decidió esta vez renunciar a discutir la posesión del balón a un rival tan cualificado. Pronto su decisión se reveló acertada. El Deportivo no se encontraba cómodo. Sus dos abrelatas más reputados, Fran y Bebeto, no encontraban espacio para desbordar a una defensa siempre bien colocada. Begiristain comenzó bien, pero pronto desapareció en un mar de piernas entre las que nunca encontraba un resquicio para su jugada favorita: la puerta atrás. Esta vez el partido pedía otras soluciones que el Deportivo se mostraba incapaz de encontrar.

Con el favorito sumido en la confusión, el Compostela perdió pronto el miedo a buscar la portería contraria. A los cinco minutos Ohen desperdiciaba la primera gran ocasión del partido cuando lo más fácil era hacer gol. El Deportivo no hizo caso del aviso y siguió jugando al tran-tran. Las reducidas dimensiones del campo de San Lázaro parecían comprimir su juego, pero lo que sucedió después abortó cualquier explicación posterior. En la siguiente oportunidad Fabiano no perdonó y se inició. el calvario del Deportivo.

Ante la indolencia del Deportivo el segundo gol del Compostela no tardó en llegar. Esta vez sorprendió a su rival con la irrupción de Nacho por la banda. El gol lo firmó José Ramón, para colmo de males del Deportivo que ya tenía suficientes problemas como para que, además, le surgiese una bestia negra tan familiar. En el otro bando, Fran, que por primera vez en mucho tiempo ocupó el segundo lugar en la familia en cuanto a sapiencia futbolística, intentaba reconducir a un equipo que por entonces. ya navegaba a la deriva.

Pero a pesar de la pésima impresión ofrecida por el Deportivo en el primer tiempo todo el estadio esperaba la reacción tras el descanso. Pero lo que vino fue la puntilla. Nada más reanudarse el juego, Ohen culminaba su buena actuación con un gol en jugada personal. La moral de los jugadores de Toshack no pudo sufrir un peor golpe. A partir de ese momento se convirtieron en un juguete en manos de un equipo al que ayer le salía todo. Llegó el cuarto gol y pudieron llegar más ante la incredulidad general. Los cambios del Deportivo en busca de más profundidad llegaron tarde. La humillación se confirmaba para un equipo que tardará en olvidar la afrenta.