Coso rondante
Camarma y Meco vuelven a encerrar un toro con todoterrenos sin autorización de la Comunidad
Los encierros de toros en pleno ama todoterreno en vez de mozos con pañuelo, que se celebraron ayer en Camarma de Esteruelas y Meco (1.800 y 4.000 habitantes, respectivamente) no venían anunciados como tales en los programas de fiestas. Sus alcaldes sólo habían pedido permiso a la Comunidad de Madrid para un encierro normal: un recorrido acota do en las calles. Pero el cambio de planes era un secreto a voces. A las diez de la mañana, un centenar de vehículos a motor, una decena de caballistas, una UVI móvil y dos vendedores ambulantes de bebidas frías es peraban en un campo de cereal a las afueras de Camarma.Desencajonaron al toro en medio del llano y el astado salió corriendo con fuerza, seguido de cerca por los caballistas. Pocos minutos después, coches, todoterrenos, tractores y una pala excavadora le persiguieron levantando una gran polvareda. El encierro se convirtió en una nube de coches que se desplazaba alrededor del astado: un coso en órbita.El deseo de todos, era ver al toro. Algunos se acercaron a pocos metros, parapetados en el interior de un vehículo o a cuerpo gentil. Entre estos últimos, R. P. M., de 17 años, que recibió una cornada de 20 centímetros en el muslo derecho.Fue atendido en la UVI móvil y trasladado al hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares. Sólo precisó tratamiento analgésico y antitetánico.
Los más se encaramaron al tractor o al camión. Al cabo de dos horas y media varios mozos enmaromaron al astado, lo subieron a la plataforma de una grúa y lo llevaron ala plaza de toros y lo soltaron para que lo corriesen los mozos.
. Los motorizados se dirigieron entonces a Meco, donde el toro aún estaba en el campo. Aquí sí hubo incidentes., La Guardia Civil, que vigilaba el desarrollo del, féstejo ilegal y levantó acta del mismo, tuvo que llevarse a un miembro de la comisión de festejos que estaba apedreando a un cámara de televisión, y un sargento recibió un garrotazo dirigido al periodista. Al toro lo apuntillaron en la carretera de Alcalá.
Los alcaldes de cuatro de los pueblos madrileños que cele bran este encierro, y acumulan sanciones por ello, han solicita do una reunión con el respon sable de Asuntos Taurinos de la Comunidad, Julio Pacheco, para pedirle que lo regule y legalice. Los regidores de Camarma, Luis Díaz, y Meco, Antonio Barranco, ambos del PSOE, esgrimen los mismos argumentos: el pueblo se levantaría si se suprimiese, el astado no sufre más que en un encierro normal y el riesgo para los asistente es, el mismo. Y en Guadalajara se celebran con autorización.
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