Chinchón abrirá un aparcamiento para mil coches en la plaza de armas de su castillo medieval
Chinchón (4.100 habitantes y 40 establecimientos hosteleros) no sabe dónde meter los miles de coches que cada fin de semana inundan sus calles. Por eso ha puesto los ojos en la plaza de armas del castillo como futuro aparcamiento. No obstante, el alcalde, Jesús Hernández, del PP, pone una curiosa condición para que la fortificación se convierta en garaje: "Que los restaurantes formen una asociación. Hasta el momento, estos establecimientos carecen de un portavoz válido y el diálogo con ellos es muy difícil" dice el regidor. "No es mucho lo que pedimos a cambio", considera.
El Ayuntamiento calcula que entre 4.000 y 6.000 visitantes toman el municipio todos los días festivos y que con ellos vienen más de 1.000 vehículos que apenas tienen donde aparcar. En la plaza Mayor, que fue restaurada hace tres años, está prohibido estacionar."Éste es un pueblo de calles estrechas y no hay sitio para tantos coches. Necesitamos urgentemente un aparcamiento para poner orden en el pueblo. La plaza de armas del castillo es un lugar adecuado hasta que decidamos otro emplazamiento", comenta el alcalde.
"Ya hemos llegado a un acuerdo con los dueños del castillo [los condes de Chinchón] para que nos dejen utilizar este espacio como aparcamiento municipal vigilado. A cambio tendrán todo nuestro apoyo para conseguir ayudas de la Comunidad de Madrid para restaurar la fortaleza. El castillo necesita ser rehabilitado", explica José Luis Carrásco, primer teniente de alcalde.
El Ayuntamiento asegura que el aparcamiento que abrirá en octubre será trasladado a otro lugar cuando se llegue a un posterior acuerdo urbanístico con otros vecinos, también con fincas próximas al castillo.
Recalificación urbanística
En la modificación de las normas que estamos elaborando,, contemplamos la recalificación de otras parcelas. Esto nos permitirá, en el futuro, llevar los coches lejos del castillo. Queremos abrir definitivamente el aparcamiento municipal en un lugar donde no afecte visualmente a la fortificación", relata José Luis Carrasco.
El consistorio insiste en que todas estas operaciones dependen exclusivamente de que los propietarios de los restaurantes formen una asociación. "Para organizar festejos taurinos, actividades culturales o fiestas turísticas necesitamos su apoyo, y éste se debilita porque carecen de un portavoz válido. Así no podemos seguir. Chinchón es un pueblo eminentemente turístico y el Ayuntamiento y los restaurantes deben estar coordinados", dice el regidor.
Ayer, la propietaria del restaurante La Columna, uno de los más importantes de la localidad y situado en la plaza Mayor, daba su opinión: "Los establecimientos hosteleros casi nunca nos ponemos de acuerdo en nada. Cada uno pensamos una cosa y no me extraña que el alcalde exija nuestra unión".
Esta empresaria continúa entristecida: "Hemos intentado en varias ocasiones asociarnos con fines que nos benefician a todos y siempre hemos fracasado en estos intentos. La competencia es tan fuerte entre nosotros que no vemos más allá de nuestras narices. Este año, por ejemplo, se propuso que cada restaurante pagase 2.000 pesetas al mes para sufragar el baldeo diario de la plaza Mayor. Aún estamos esperando ponernos de acuerdo...".
El castillo de Chinchón es una construcción cuadrangular levantada en el siglo XV en mampostería. Los señores de Cabrera construyeron esta fortificación, rodeada por un amplio foso como símbolo de su poderío en la zona sureste de la actual provincia de Madrid.
En 1520 sufrió el ataque de los comuneros y comenzó su deterioro. Durante el siglo XVII, sus dependencias sirvieron de residencia a los condes de Chinchón, pero en la centuria siguiente fue abandonado coincidiendo con la Guerra de Sucesión (1706). Durante la Guerra de la Independencia, las tropas francesas lo saquearon. Posteriormente, muchas de sus piedras fueron utilizadas para la reparación de caminos, cercas y casas. Todo el piso superior desapareció víctima de la rapiña. Durante los últimos dos siglos se utilizó como fábrica de licores y casa de labranza. En 1974, como el resto del municipio, fue declarado conjunto histórico artístico.
Actualmente, esta fortificación medieval está deteriorada. A principios de los ochenta un incendio intencionado dañó su estructura. La fortaleza albergaba 130.000 litros de anís.
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