La derrota llama a la puerta de los serbios de Bosnia
El precedente del espectacular hundimiento de Krajina pesa como una losa sobre Karadác y Mladic
ENVIADO ESPECIAL Durante tres años, los serbios de Bosnia-Herzegovina han tenido el convencimiento de que habían ganado la guerra. Los hechos les daban la razón, porque en pocos meses su Ejército había conquistado el 70% del territorio. En las dos últimas semanas, la realidad se ha torcido de tal manera que los líderes de aquella maquinaria político-militar invencible tienen que explicar a su pueblo que ahora son ellos los perdedores.
El general Ratko MIadic y el presidente de la autoproclamada República Serbia de Bosnia, Radovan Karadzic, tienen la difícil papeleta de anunciar a sus conciudadanos que ha sonado la hora de la retirada, porque así lo propone el plan de paz estadounidense aceptado ya en Ginebra y así lo exigen los aviones de la OTAN que lanzan bombas de precisión desde hace nueve días.
Los bombardeos de la OTAN han. sido la puntilla que ha alterado una situación militar que ya hace meses comenzó a empeorar de forma visible para el Ejército serbobosnio. "Hay un alto riesgo de que la República Serbia de Bosnia se desmorone, como ocurrió con Krajina. Si la OTAN sigue bombardeando una semana más, puede ocurrir cualquier cosa. Está en muy mala situación: corrupción, crímenes, el Ejército está cansado de la guerra... El caos y desorden provocado por los bombardeos puede significar el hundimiento del alto mando serbio. El precedente de Krajina, aún muy reciente, pesa como una losa sobre los líderes de Pale" estima Stojan Cerovic, analista de la revista Vreme, una de las pocas publicaciones independientes de prestigio que se publican en Belgrado.
La clamorosa derrota serbia en Krajina ante el Ejército croata la primera semana de agosto marcó el punto de inflexión en la guerra. Sus hermanos de Bosnia ya habían recibido un aviso en otoño pasado en el enclave bosnio de Bihac, en el noroeste del país, donde la ofensiva de la Armija (Ejército bosnio, de mayo ría musulmana) obligó a las fuer zas serbias a realizar un amplio movimiento de tropas y desguarnecer otros frentes para contraatacar en Bihac. La táctica de la Armijá ha sido lanzar ataques si multáneos en diversos puntos para distraer al máximo número de efectivos del Ejército serbio, con serios problemas de personal. La captura en julio de los en claves musulmanes en Bosnia oriental, Srebrenica y Zepa, no tuvo otra finalidad que liberar para otras misiones al el evado número de tropas fijas que el Ejército serbio necesitaba para mantener a raya a los soldados de la Armija, en esos enclaves.
Humillación en Srebrenica
La humillación que supuso para la llamada comunidad internacional la caída en poder serbio de los dos enclaves, protegidos teóricamente por la ONU, aceleró los planes de la OTAN para una intervención militar contra los serbios en Bosnia. El 25 de julio, la Alianza Atlántica decidió que la adopción de futuras represalias dependería directamente de los jefes militares sin más interferencia de la ONU.
Apenas un mes después se produjo la matanza del mercado de Sarajevo. Aquel lunes 28 de agosto, un proyectil mató a 38 personas, pues una murió días después, e hirió a un centenar. El análisis realizado por expertos de la ONU estableció que el proyectil de 120 milímetros fue disparado desde posiciones serbias. La versión oficial fue posteriormente puesta en duda, entre otros, por el coronel ruso Andréi Demurenko, uno de los jefes de Unprofor en el sector de Sarajevo, que envió sus propias conclusiones a Nueva York.
La fuerza aérea de la OTAN ya había. empezado a bombardear desde las dos de la madrugada del 30 de agosto instalaciones militares de los serbios en, distintos puntos de Bosnia. Floras antes de que los primeros aviones despegaran de la base de Aviano y del portaaviones Theodore Roosevelt, los máximos líderes políticos, militares y religiosos de Yugoslavia (Serbia y Montenegro) y deja República Serbia de Bosnia se reunieron en Belgrado para anunciar la creación de una delegación- conjunta presidida por el presidente serbio, Slobodan Milosevic, para negociar el plan de paz en base a la iniciativa de EE UU.La decisión es de una gran trascendencia porque Milosevic y no Karadzic tendrá a partir de ahora la última palabra en nombre de todos los serbios sobre el futuro de Bosnia.
De carnicero a mediador
Milosevic, el hombre que no hace mucho tiempo era calificado como el carnicero de los Balcanes, se ha convertido en el principal mediador en este conflicto y en la carta a la cual se agarran todas las potencias. De repente ha recuperado la credibilidad y ha desplazado a un Karadzic seriamente debilitado por su pugna con el general MIadic y el alto mando serbobosnio. Stojan Cerovic ve así la figura del polémico presidente serbio: "Milosevic tiene la obsesión de poder decir que no hay guerra en su te rritorio, pero la ha exportado, a Croacia, a Bosnia-Herzegovina. Siempre tiene el argumento: 'No sotrós no estamos envueltos en la guerra'. Quizá es un cobarde. Puede ser muy valiente y agresivo, pero cuando se siente débil es capaz de traicionar a sus hermanos". Que se lo pregunten a los 160.000 refugiados de Krajina de huyeron a todáprisa sin el socorro de Belgrado. Karadzic fue obra de Milosevic, pero el líder serbobosnio ha ido demasiado lejos en su burla permanente a toda propuesta de negociación. Hace un año, el psiquiatra montenegrino rechazó firmar el plan de paz del Grupo de Contacto, más concreto que la actual iniciativa estadounidense. La situación ahora es mucho peor para los serbios: la autoproclamada república serbia de Krajina está casi borrada del mapa, y localidades y zonas estratégicas serbobosnias como Grahovo, Glamoc, Kupres, Monte VIasic y Monte Dinara han caído en manos de sus enemigos croatas o musulmanes. Si a ello se añade el bloqueo decretado por Milosevic contra la República Serbia de Bosnia, el mantenimiento de las sanciones internacionales contra Serbia y Montenegro y los daños causados por los bombardeos de la OTAN, hay que concluir que una atmósfera de perdedores envuelve a los serbios. En este contexto, el futuro de Radovan Karadzic pasará, probablemente, o por el tribunal de La Haya (por crímenes de guerra) o por la jubilación anticipada en Belgrado.
Demasiados frentes para tan pocos soldados
La enorme longitud de los frentes de guerra abiertos en Bosnia-Herzegovina es un serio obstáculo para los serbios, que carecen de suficiente infantería para cubrir todos los flancos. El Ejército serbobosnio tiene unos 100.000 soldados, cinco veces menos que cada uno de los dos bandos en la guerra civil española.Actualmente, en el frente de Bosnia hay varias zonas de operaciones: Drvar y Bihac (II-Cuerpo de Krajina del Ejército serbobosnio), Jajce y Donji Vakuf (I Cuerpo de Krajina), el corredor del norte y parte de Bosnia oriental Q Cuerpo de Krajina y el Cuerpo de Bosnia oriental), la zona de Bosnia oriental entre Zvornik y Visegrado (Cuerpo del Drina), el sur de Gorzade (Cuerpo de Herzegovina) y Sarajevo (Cuerpo de Sarajevo-Romanija).El Cuerpo de Herzegovina tiene dificultades, ya que al haber tenido que desplazar el grueso de sus fuerzas alrededor de Trebinje para hacer frente a los croatas ha desguarnecido sus posiciones en el valle del Neretva y cerca de Mostar.
Este Cuerp*o, que controla Trnovo, un punto clave en la ruta Trebinje-Pale-Gorazde, es acosado por la Armija (Ejército bosnio) en el, monte Treskavica. El jefe del Estado Mayor serbio, general Manofflo Milovanovic, ha denunciado el aumento de las "operaciones sincronizadas" del Ejército croata y la Armija en Orasje y Gradacac (cerca del corredor de Posavina) y en los frentes de Kupres, VIasic y Srbrobran.
El militar serbio reitera que el objetivo de los bombardeos de la OTAN es modificar el equilibrio militar en Bosnia a favor de las fuerzas croatas y musulmanas. Aunque es difícil evaluar los daños que ha sufrido el dispositivo militar serbio, los observadores estiman que el golpe asestado hasta ahora por la OTAN no impediría una reacción desesperada serbia en puntos concretos, pero ha minado la capacidad del ejército de MIadic de librar una guerra de larga duración.
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