Ruiz-Gallardón desautoriza el bando de la alcaldesa' del PP de- Boadilla
El presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, del Partido Popular, desautorizó ayer "por desafortunado" el bando electoral lanzado por Nieves Fernández, la alcaldesa de Boadilla del Monte (18.000 habitantes), también del PP, en el que aconseja a sus vecinos no contratar inmigrantes ilegales. Ruiz Gallardón calificó esta definición como "esencialmente injusta".
El presidente madrileño asegura que tras la actuación de la regidora, a la que dice conocer bien, había buenas intenciones. Ruiz-Gallardón se mostró, además, partidario de eliminar el calificativo que acompaña habitualmente a los inmigrantes, informa Javier Casqueiro. "Decir ilegales es esencialmente una gran injusticia social", añadió.
Una injusticia que se traslada todos los días de las palabras a los hechos, según narran los inmigrantes marroquíes que viven en los poblados chabolistas de Boadilla. Se reúnen todas las mañanas en la rotonda de la avenida del Generalísimo con la esperanza de subirse a un coche camino de una obra. Es una de las escasas posibilidades que tienen de hacer un trabajo "honrado" que les proporcione el sustento. Cada día es un nuevo reto con el que se enfrentan.
Se sientan en la plaza y esperan. Al rato pasa un coche y se detiene frente a ellos. Su ocupante baja la ventana y grita: "Moros, subid". Unos pocos afortunados se montan en el vehículo y son conducidos a una obra.
Allí les encargan los trabajos más duros, limpian el escombro y se pasan el día rompiendo la tierra con un pico. Tras una jornada completa de trabajo duro, cobran unas 4:000 pesetas. "A veces más, a veces menos. Otros, ni nos pagan después de trabajar todo el día", se quejaba Radi Aoulad, marroquí de 27 años que ocupa una chabola del poblado de Los Yelmos en Boadilla. Además de realizar las faenas más duras, los marroquíes corren graves riesgos en sus trabajos eventuales. Al no tener contrato, carecen de seguro que cubra los accidentes laborales. Al respecto, Raid declara: "Yo he visto cómo compañeros míos se rompían un brazo en una obra y les teníamos que llevar nosotros mismos al hospital".
Mesouad el Yakoubi, inmigrante legal de 55 años, lleva desde 1977 en Boadilla. Vivió en una chabola, pero ahora trabaja como jardinero, pintor, electricista y albañil en un chalé de Las Lomas, donde le dan cama. Dijo ayer: "Trabajamos mucho y cobramos poco". El concejal de IU Angel Galindo opina que "el problema se le ha ido de las manos al Ayuntamiento. No supieron reaccionar cuando el asentamiento estaba poco poblado".
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