Etxeberría demanda a la Real

Lo que parecía un juego de estrategias entre el Athletic y la Real Sociedad, en plena crispación por el fichaje de Joseba Etxeberría, se ha traducido al final en una actuación judicial formalizada el viernes por el jugador contra los dirigentes realistas, por las ilegalidades contenidas en el contrato firmado el pasado 22 de junio de 1994 y que contemplaba una cláusula de rescisión de 550 millones de pesetas, abonada este verano por el Athletic.Los rescoldos de la polémica por tan controvertido fichaje no parecen apagarse nunca. Ni el comienzo de la temporada, ni el debú oficial del jugador consiguen echar agua al fuego. Apenas 48 horas antes del inicio de la Liga, el representante legal de Joseba Etxeberría, el abogado José Ignacio Orbea, presentó ante la magistratura donostiarra una demanda contra el club blanquiazul en la que reclama la devolución de casi la totalidad de los 550 millones abonados para rescindir su contrato con el equipo y firmar por el Athletic

La demanda se fundamenta en dos direcciones. Por una parte, en el hecho de que Joseba Etxeberría suscribió un contrato profesional con 16 años, que no fue rubricado por su padre, presente en el acto pero cuya firma no figura en el contrato. Esta circunstancia, de ser considerada, podría anular aquella contratación y por tanto los efectos que de la misma se desprendan. Por otra parte, el ahogado del jugador argumenta la desproporción entre la cláusula de rescisión (550 millones) y la contraprestación económica recibida por Etxeberría (150.000 pesetas). Esté argumento ya fue esgrimido durante la polémica por el manifiesto desequilibrio de las estipulaciones del contrato, que bien pudiera ser resarcido en un juzgado. Ahora el jugador reclama la devolución de 539,5 millones de lo abonado oficialmente al conjunto donostiarra, para romper la relación contractual. Esta posibilidad, materializada el viernes y que exigirá un acto de conciliación el 13 de septiembre entre ambas partes fue esgrimida en pleno fulgor de la polémica que siguió al fichaje por el Athletic. Sin embargo, entonces se entendió como una amenaza estratégica que pretendía aminorar la virulencia de la Real Sociedad en su reacción oficial. Hay que recordar que en aquel momento se argumentó incluso un discurso jurídico que pretendía invalidar la operación realizada por el Athletic por defecto de forma. Desde Bilbao, el padre del jugador respondió con esta amenaza, ahora materializada y en cierto modo esperada por la Real Sociedad. El gerente blanquiazul, Iñaki Otegui, reconoció que "cabía esta posibilidad" y aseguró que el club se personará en el acto de conciliación. Si no hubiera acuerdo, los tribunales decidirían en el plazo de un año.

El jugador ha afirmado en los medios de comunicación que no quiere ser un objeto y pretende solventar la situación para restituir su imagen pública. La polémica, pues, continúa y se traslada ahora a los tribunales de justicia.