Duelo de gallitos
No estaba Iván de la Peña. Ni Roger. Ni Moreno. Ni Quique Álvarez. Ni... ¿y qué? El Barcelona no obedece a los tópicos. Le desmantelan, le despedazan y le descomponen un año sí y otro también. Como a todo filial que se precie. Pero el Barça pequeño ni se inmuta. Tiene un aspecto de equipazo que da gusto. Ayer le hizo seis goles al Getafe, uno de los dos "invitados" de una categoría, la Segunda División española, a la que pertenece, al igual que su vecino el Leganés, única y exclusivamente por culpa del Sevilla y Celta.De tan desigual duelo salió seriamente malparado el peor de los dos, el Getafe (2-6). Pero lo raro hubiera sido lo contrario. Mientras, en El Sadar, se veían las caras dos supuestos gallitos. Sólo uno de ellos, el Mallorca, consiguió quitarse eso de supuesto. El dinero del doctor Beltrán ha tardado un suspiro en dar sus frutos. Hizo un trabajo aseado el cuadro balear, al contrario que su rival, el Osasuna, que parece seguir en estado vegetativo. Igual que estuvo toda la pasada temporada.
Ni siquiera la televisión animó a los de Paquito, que ha dejado Madrid y su metro para encontrar en Pamplona lo que él llama "paz espiritual". Pero ayer a Paquito le ganó la materia, el dinero, la pasta. Vamos, el Mallorca. Durante muchos minutos el sorpresón de la jornada, se vivió en Lleida, donde el Badajoz ganaba a uno de los máximos favoritos. Así empezó el Mérida la pasada temporada y ya se sabe dónde acabó. Pero el Lleida hizo lo que suelen hacer los grandes, reaccionar cuando más lo necesitan, casi cuando les da la real gana. Un poco mejor se le dio al Extremadura, que sí aguantó su renta en Sestao, en una jornada aciaga para varios de los equipos que jugaban al calor de su público. Fue el triunfo de los visitantes. Mejor dicho, de algunos de ellos, porque visitante era el Logroñés y cayó. Pero eso ha dejado de ser noticia en el cuadro riojano tras la lamentable temporada que realizaron en la pasada edición liguera.
También el Hércules de Alicante triunfó en su visita a la Ciudad Deportiva del Real Madrid, justificando ese cartel que le acompaña de favorito para el ascenso. Por contra, el Éibar acabó achicharrándose en Écija. Pero la jornada ha dejado, sobre todo, el aroma del espectáculo dado por el Barca, un equipo al que, actualmente, sólo se le puede poner una pega: no puede ascender. Pero deberían dejarle.
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