Una carrera sin líder
La falta de un favorito claro y la confusión, máximos alicientes
Hace poco más de dos años Melcior Mauri lograba en Zaragoza imponerse en su última gran contrarreloj. Aquel mismo día, Alex Zülle empezaba a perder la Vuelta de 1993. Los dos corren este año en el mismo equipo, el ONCE, y son una de las pocas certidumbres de la Vuelta que hoy comienza, con un prólogo de siete kilómetros por las calles de Zaragoza. El resto, los otros 178 corredores, es penumbra y rumores. La primera Vuelta en septiembre es una carrera sin líder. Algo extraordinario para una prueba que vivió los tres últimos años la tiranía de Tony Rominger. Y, ni siquiera el prólogo, un mero trámite para dilucidar quién es el primero en vestir de amarillo, se libra de la incertidumbre. Como si el saber quien lo gana fuera a dar las claves sobre el resto de la Vuelta.La primera palabra que sueltan los entendidos es "sorpresa" . "Hasta será la Vuelta de las sorpresas", dicen directores y corredores y, a continuación, sueltan la mirada enigmática. Después, la retahíla de nombres y algunos argumentos. "El prólogo", dicen en Banesto, "será para Mauri, el hombre más motivado". Entonces, se le pregunta al corredor catalán, y responde: "Uf, qué va. Estoy muy cansado, en un momento descendente de forma". Pero se requiere a su director, Manolo Sáiz, y sale con lo contrario. "El prólogo será para Mauri, y la Vuelta para Zülle", dice taxativo el técnico cántabro, que ha diseñado una complicada estrategia para tener todos los hados de su parte. Aunque el tiempo no está de tormenta, Sáiz tiene en su memoria el desastroso prólogo del último Tour. Todos los favoritos salieron al final, cuando la lluvia y el viento, y la victoria fue para un afortunado mediocre. Para evitarlo, Sáiz ha distribuido a sus hombres a lo largo del espectro. Mauri saldrá de los primeros, a las 14.21; Zülle, casi dos horas después, a las 16.01, y el último del ONCE en hacerlo será Rincón, a las 16.21.
Aunque la matemática con que funciona el ONCE parece incuestionable -"si Zülle fue segundo en el Tour e Induráin no corre la Vuelta, Zülle debe ganar la Vuelta", dicen-, hay otro factor al que cada vez se da más importancia y que, en resumen, se llama "el hombre de la tercera semana". "Puede que comiencen arrasando los que han corrido el Tour", dicen los entendidos, "pero el cansancio los vencerá, su diferencia de calidad se verá anulada, y entonces saldrá de las sombras el hombre fresco". Salen a relucir nombres... Montoya... Etxabe ... Olano .., Furlan ...
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