Biriukov deja su casa

Un aluvión de placas, un par de trofeos, un balón, una camiseta del CSKA de Moscú y un uniforme militar ruso. Todo eso se llevó José Biriukov Aguirregaviria, de 32 años, al que el Real Madrid, el club en él que trabajó durante las 11 últimas temporadas, le brindó ayer una jornada de homenaje. El escolta en paro realizó el saque de honor y en el descanso bajó a la cancha para la lluvia de presentes. Pero no jugó. Su rodilla aún no le permite demasiadas alegrías.Luego, sus ex compañeros le regalaron un triunfo ante el CSKA de Moscú, precisamente el equipo en el que se formó el jugador ruso antes de viajar a España. Una victoria contundente (106-83), la enésima de la pretemporada. Los madridistas no han conocido la derrota en todo el verano. El nuevo Madrid, el de después de Sabonis, responde por ahora en resultados.

La despedida a Biriukov le sirvió a la hinchada, pues, para comprobar el aspecto del nuevo equipo. Pasaron por la cancha del Pabellón todas las caras nuevas: Laso, Morales, Savic, Smith, Loncar y Abad. Fue un Madrid distinto, ya nada dependiente del acierto de un, solo hombre como en el pasado. Con la baja de Sabónis, el cuadro blanco ha perdido al mejor jugador de Europa, pero ha ganado concepto de equipo. Todos tienen presencia.

La filosofía de juego también ha cambiado. El juego interior ha dejado de ser la baza fundamental. Defensa y contraataque -el Madrid ha ganado rapidez- parecen ser las nuevas armas. Esas al menos parecen ser las intenciones de Obradovic para la próxima temporada, las armas con las que tratará de revalidar el título en la Liga Europea.

Arlauckas, con 33 puntos, se convirtió en el hombre más luminoso. Sus tapones y mates, así Cómo algún triple de Lonkar y media docena de pasos de Laso, fueron lo mejor de una cita que olió demasiado a amistoso. Fue lo peor de la jornada. Y que no jugó Biriukov, el homenajeado. Quizás el Madrid debería haber esperado que su ex jugador estuviera recuperado, Sólo eran dos meses.