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La oposición argelina decide en bloque boicotear las elecciones de noviembre

Los ocho partidos argelinos signatarios en Roma del Contrato Nacional para la democratización del país magrebí manifestaron ayer su oposición a las elecciones presidenciales convocadas, en primera vuelta, por el régimen para el próximo 16 de noviembre, y han pedido a sus simpatizantes, que no suscriban la candidaturas de apoyo a quienes aspiren a disputar esos comicios. Los integrantes del Grupo de Roma advierten que esa elección en vez de pacificar él país provocará más sangre.

Los partidos, entre los que se encuentran los tres principales de Argelia (el Frente de Liberación Nacional, el Frente de Fuerzas Socialistas y el ilegalizado Frente Islámico de Salvación), confirman que no concurrirán a la consulta por considerár que "no constituye sino otra manera de plebiscitar al actual régimen y prolongar la duración de la crisis".La oposición, además, declara en un comunicado que elaboró en una reunión celebrada el domingo en Argel que "la invitación hecha para que desde instancias internacionales [la ONU, la Organizacion para la Unidad Africana y la Liga Árabe se supervise el escrutinio es un intento de implicarlas en la crisis argelina". Según el comunicado, Ia aceptación de la invitación será considerada como una complicidad con el régimen".

Este boicoteó significa que, el régimen del general Liamín Zerual no ha conseguido el amplio consenso que buscaba con vistas a la elección presidencial. Hasta ahora son 10 los políticos argelinos que han manifestado su disposición a concurrir en noviembre y Zerual sigue sin pronunciarse sobre lo que hará.

El más importante de esa decena de potenciales candidatos es el ex primer ministro Redha Malek, cabeza del movimiento antiintegrista.

La petición de los autores del Contrato de Roma, para que no se suscriban candidaturas tiene que ver con la exigencia legal de que todo aspirante sea avalado antes del 2 de octubre por 75.000 firmas recogidas en al menos 25 de los 49 departamentos del país. Alrededor de 40.000 personas han muerto violentamente en Argelia desde 1992, cuando las autoridades anularon unas elecciones generales y los islamistas, que estaban abocados a ganarlas, emprendieron una guerra para acabar con el régimen e imponer un Estado islámico.

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