No fue una fiesta
El otro día escuchaba que un científico afirmaba que la vida en España debía su calidad y longevidad a dos causas: la siesta y la fiesta. Ayer vi cómo un hombre joven moría, en directo, por as cornadas de un toro en uno de los encierros de las fiestas de Leganés (Madrid) y casi lo que más me horrorizó era el testimonio de los otros participantes supervivientes, justificando el no. prohibir estos encierros por tradición "cultural" y la muerte del joven como causa de la inexperiencia de éste. En Leganés, y en otros pueblos de España, ciertos eventos de las fiestas no alargan la vida sino que la cercenan, la arrebatan, y para algunos espectadores impotentes como muchos de nosotros, la humillan absurda e inútilmente. Hace unos días, Leganés no fue una fiesta-
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