"El Ingeniero era muy manitas"
La leyenda rodea al cerebro de los mortíferos atentados. contra autobuses israelíes
La madre de Yejía Ayash. lo recuerda como, un niño. tranquilo y estudioso, nada que ver con el hombre de las, mil caras que ha jurado la muerte del proceso de paz. El Ingeniero, su nombre de guerra, es el enemigo público número uno de los israelíes y ahora de la autoridad palestina. Su sombra aparece tras cada atentado suicida en Israel., Se le veen todas partes, pero nadie sabe dónde esta. En Rafat, su pueblo natal" una diminuta localidad perdida en las montañas de Cisjordania, su familia padece más que se enorgullece de la sangrienta popularidad de uno de los suyos.El Ingeniero se disfraza de cualquier cosa para escapar a los controles militares israelíes o a la vigilancia de los agentes del Shin Bet, el servicio de seguridad interior: lo mismo de mujer, con el velo hasta los ojos, que de colono con kipa (birrete judío), larga barba y pegatinas en el coche contra la retirada de los territorios ocupados. También se dice que la escapado. a tres intentos de asesinato, el más re ciente el pasado abril. En la vida de este estudiante de ingeniería, de 29 años, de ahí su apodo, ya se mezclan mito y realidad. Su madre, Aisha, recuerda a un chico muy tranquilo, que prefería estudiar el Corán a jugar al fútbol con sus amigos ayudaba en las tareas de casa cuando ella estaba enferma, y que desde pequeño quiso ser algo". Por eso se, fue a estudiar ciencias a la universidad cisJordanade Bir Zeít, cerca de Jerusalén. Allí fue reclutado por JHa.Más en. 1988.En abril de 1992, poco 21 antes de irse a, Jordania para seguir sus, estudios, fue. requerido por el Shin Bet para contestar a algunas preguntas. Se negó, se fugó. y su familia no volvió a saber nada de él hastá que su foto apareció en los periódicos como el organizador del atentado de Tel Aviv, en octubre del año pasado, que causó 21 muertos. En noviembre de 1992, el Shin Bet ya le había relacionado con un coche bomba que no llegó a estallar. en los alrededores de Tel Aviv-. La casa de Aisha Ayah no ha sido derribada por los israelíes, una represalia habitual contra los fámiliares de los terroristas. Siguen esperando que El Ingeniero vuelva a por sumujer, Hiyan, y su hijo de dos años. Aisha se queja de la poca solidaridad de los habitantes del pueblo: ",Todos tienen miedo, son unos colaboracionistas".
Piensa que se exageran. mucho las historias sobre su hijo, y sin embargo el nombre de Yejía provoca una mezcla de temor y admiración entre los que lo conocieron.
"Era muy manitas", recuerda un Yecino, "arreglaba todos los televisores del pueblo y era el' más. listo de la escuela". El jeque de la mezquita de Rafat, donde El Ingeniero acudía regularmente a rezar, no quiere hablar y asegura no acordarse de él.
Pero el Shin Bet no lo olvida. Fue El Ingeniero quien aconsejó la elección, de autobuses pata misiones suicidas: un lugar cerrado, de fácil ácceso para causar más,víctimas. Son ya 73 en los atenta dos de estos 16 últimos meses. Y los servicios de. seguridad israelíes tienen orden de cogerle mejor muerto que vivo.
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