Por los combonianos
Me dirijo a esta sección para contestar a una carta de Elisa Cobo que apareció en la edición del miércoles 9 de agosto. Coincido con Elisa en que muchas obras son muy ruidosas y molestas, y no hay derecho a que te fastidien las vacaciones y haya que aguantar marea.Pero trataré otro tema. Elisa se molesta porque los combonianos están construyendo un "nuevo Escorial" y se pregunta que a dónde va a parar el dinero que estos misioneros recaudan. Por lo que dice, me da la impresión de que no conoce muy bien a sus ruidosos vecinos, porque si los conociera sabría que los misioneros combonianos se "gastan" el dinero en ayudar a vivir a niños y mayores que sufren hambre, guerra, dolor... Todo esto, sin olvidar la labor que desarrollan en campamentos y otras actividades para hacer llegar a los jóvenes el grito desgarrado pero esperanzado de todos los que sufren en el Tercer Mundo.
Esto es lo que hacen los combonianos con el dinero que reciben. Y como "el obrero merece su salario", que se hagan un Escorial o un Vaticano si quieren: lo importante es que sigan con su labor luchando a fondo -como siempre lo han hecho- por la justicia y la paz.
Desde estas líneas me gustaría invitar a Elisa y a todos los que quieran a descubrir a estos ruidosos maravillosos, a los que, de paso, animo a que tomen medidas para no molestar a sus vecinos con su obra.-
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