Proclamación de lo inútil
Supe por una amiga de inmensa intimidad que éste sería un largo agosto de tormentas inciertas. Me pregunto desde esta zozobra:
1. ¿Cuál es la credibilidad del gesto hecho símbolo en la consideración de un lazo que ocupaba la reflexión sobre la violencia y su pacificación en la solapa, como la furibunda exaltación de éste para que los clubes de fútbol desciendan a los infiernos y sea ésta la pesadilla nacional?
2. ¿Qué peso específico y qué volumen adquiere hoy el cinismo en las actitudes, manifestaciones, aniversarios, proclamas y otras vergonzosas cóleras precocinadas en la memoria de insignes personajes de la historia contemporánea: Clinton, Chirac, Kohl, Yeltsin..., y Solana como viajante de esta permanente ceremonia del terror en la ex Yugoslavia?
3. ¿Cuántos cadáveres necesita la hipócrita actitud; cuántos mutilados una declaración más de intenciones; cuántos refugiados otra conferencia de prensa para recononocer el sentido que adquieren todas estas cosas antes y después de la estupidez humana? Maldito verano de lo fingido verdadero.-