En verano, cine basura
Las televisiones relegan al estío los saldos de sus despensas cinematográficas
La relación entre el cine televisado y los meses de verano es como la de esos matrimonios que se pasan la existencia tirándose los trastos a la cabeza. Los programadores de las cadenas reservan para julio y agosto títulos de saldo y películas que no las quieren ni en los vídeoclubes, y la audiencia opta por otro tipo de programas: galas intrancesdentes con muchas piscinas, karaokes y espectáculos con toda clase de jóvenes ligeros de ropa y chascarrillos de escaso ingenio. Entre las películas, emitidas en prime time y que han obtenido el favor del gran público figuran las desconocidas Una gran promesa y Secretos y mentiras, y Joe Kidd, un típico western de John Sturges. La más aceptable -y multidifundida-, Juegos de guerra, y la enésima reposición de Tiburón lograron también muy buena audiencia.En julio y lo que va de agosto, y en horario estelar, éstas han sido algunas de las películas emitidas: Yo hice a Roque III, Los bingueros (ambas de Pajares y Esteso); Kickboxer, Perversión en las aulas, Miss Bikini II, Sexo sangriento, Porno situación límite, Juegos diabólicos, Academia antivicio, El ete y el oto, con los hermanos Calatrava, y Supernova, protagonizada por Marta Sánchez y (quizá como resumen) La tienda de los horrores.
Sin embargo, han sido éstos los filmes favoritos de la audiencia durante el verano. Durante estos dos meses se han emitido también títulos como Intolerancia, de W. Griffith; El discreto encanto de la burguesía, de Luis Buñuel; Los hermanos Karamazov, de Richard Brooks; Manhattan, de Woody Allen; French connection, de William Friedkin, y El sueño eterno, de Howard Hawks, siempre después de la medianoche, y con muy poca receptividad por parte del público.
Los pocos intentos de ofrecer filmes interesantes en horas adecuadas tampoco se saldan con resultados positivos. El jinete pálido, de Clint Eastwood; Rebelión a bordo, de Lewis Milestone (con Marlon Brando); El cielo protector, de Bernardo Bertolucci; 2001, una odisea en el espacio, de Stanley Kubric, o Alas de mariposa, de Juanma Bajo Ulloa, pasaron sin pena ni gloria ante una audiencia millonaria que zapeó hacia programas de los llamados "refrescantes".
Por su parte, el telefilme, un género ya veterano en la pequeña pantalla, está cosechando durante los meses de verano un notable éxito de audiencia. El espacio Telecine, de Antena 3 (de lunes a viernes, a las 15.35), ha figurado entre los 10 primeros puestos en los índices de audiencia de junio, julio y agosto. Bajo unos argumentos que buscan sin disimulo la lágrima fácil -El precio de un amor, Agonía íntima y El amor mata son algunos de sus títulos-, estos telefilmes, basados a menudo en casos reales ocurridos en Estados Unidos, consiguen captar una audiencia media de dos millones de espectadores. Y hay más personas que prefieren el Telecine a El peliculón o Cine 5 estrellas, espacios ambos en que Antena 3 y Tele 5 miman con presupuestos millonarios.
Así, largometrajes como La senda de los elefantes, con Liz Taylor y Peter Finch, o American gigoló, con un Richard Gere de atractivo subido, captaron menos espectadores que los telefilmes que se emitieron el mismo día: Juicio ciego y Un toque de realidad. Pasión y valor pudo también, el día 30 de junio, con Los Intocables de Elliot Ness. Incluso la audiencia de las telenovelas se ha resentido, razón por la que algunas cadenas -La Primera y Tele 5- prefieren añadir durante el verano alguna película en esta franja horaria.
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