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Al menos 81 muertos por una repentina tormenta en Marruecos

Una tormenta de apenas una pocas horas provocó en la noche del jueves una gran tragedia: la muerte de decenas de personas, arrastradas por las riadas en la región del sur de Marraquech, según informaron ayer fuentes oficiales. La cifra provisional de muertos es de 81, que son los primeros cadáveres rescatados tras los desbordamientos de los ríos Gigaya, Urika y Gamat, todos ellos al sur de Marraquech, pero no se descarta que haya muchas más. Algunas fuentes apuntan a más de cien.

EFE / EL PAÍS, No se sabe si hay turistas extranjeros entre las víctimas. Fuentes consulares españolas y francesas informaron de que hasta el momento no había constancia alguna de muertos de esas nacionalidades. Pablo Gárate, el canciller español en Casablanca, el consulado más próximo a la zona de la catástrofe, aseguró en la tarde de ayer que "no había ningún ciudadano español afectado ni personal ni patrimonialmente ni entre los residentes en la zona ni entre los turistas, aunque de momento no se pueda descartar totalmente que lo haya". Gárate añadió que "aún existía una gran confusión sobre la tragedia" y que el consulado ha establecido un servicio permanente de ayuda de 24 horas.Por su parte, el cónsul francés en Marraquech afirmó que varios grupos de viajeros franceses fueron sorprendidos por la tormenta y perdieron todos sus equipajes, pero se encuentran a salvo en hoteles del valle del Urika, uno de los más afectados. Todas las carreteras que se dirigen desde Marraquech hacia el sur (Uarzazat, Tarudant y Urika) están en este momento cortadas, ya que las Iluvias torrenciales han provocado derrumbamientos y las riadas se han llevado por delante incluso trozos de asfalto.

La región afectada es la compuesta por los valles de la vertiente norte del Atlas, que se encuentran al sur de Marraquech, en una franja de unos 50 kilómetros muy frecuentada por los turistas por ser carreteras de paso obligado hacia los oasis saharianos.

Según algunos testigos, miles de personas fueron evacuadas o huyeron de estos valles ante la magnitud de las tormentas, que arrastraron casas, coches e incluso rocas de las montañas.

Las viviendas en estos valles son frágiles, construidas generalmente con adobe y sin cimientos, sobre las laderas de los valles y cerca de los ríos, por lo que no resisten el ímpetu de los ueds, ríos que normalmente tienen un cauce muy pobre y crecen de repente con las lluvias o con el deshielo de las montañas.

Hace tres meses, también Marraquech fue escenario de lluvias torrenciales. Pocos días antes una veintena de personas habían perecido arrastrados por las riadas en Tata, un oasis del sur. Otras 15 personas han perecido arrastradas por las aguas en diferentes regiones de Marruecos en lo que va de año.

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