Sugerencias poéticas

En la Sala Pereda y dentro del Festival Internacional, se estrenó anteayer la obra premiada en el concurso de composición pianística Manuel Valcárcel, 1995. Es original de Imanol Bageneta, nacido en Valladolid en 1962, bilbaíno de adopción, profesor en Salamanca y, en suma, artista sin fronteras.Patrocina el premio la Fundación Marcelino Botín, cuyo director, Enrique Martínez Berro entregó el premio a Bageneta y tras el homenaje a Manuel Valcárcel en la persona de su viuda, el pianista José María Pinzolas desgranó la obra galardonada. Se titula Reloj abandonado de la horas y obedece a sugerencias poéticas de Gerardo Diego de las que quizá recibe el compositor dos datos fundamentales: el buen orden, sin el cual no hay claridad, y la fantasía a punto de surrealismo.

A lo largo de cuatro tiempos o grandes secciones estrechamente relaccionadas, Reloj abandonado de las horas se desarrolla a partir de sus propios elementos y a través de procesos que ordenan su irregularidad un poco al modo como en su tiempo y en su estilo hiciera Scarlatti. A la vez advertimos una voluntad de simplicidad aparente a la que llegan voces y ecos de diverso origen. Bageneta cita, entre ellos, al americano Milton Babbit que sería reveladora si su creación fuera mínimamente conocida entre nosotros. De todos modos se trata de meros puntos de referencia, ya que, en definitiva, la pieza es fuertemente original en su serie de sutilezas sonoras, en el uso de un material no exento de valor afectivo y en la nueva estructuración de un repertorio musical que más bien hereda que destruye el pasado. La buena acogida por parte del público, cuyos aplausos recogió el compositor junto a su intérprete, nos habla de la validez expresiva, así como del "saber hacer" de Bageneta cuya carrera es interesante seguir con atención.

José María Pinzolas trató de desentrañar la compleja página y logró que se escuchara con claridad aunque no llegásemos a percibir la suficiente matización dinámica. Antes y después, el pianista español, se enfrentó con resultados brillantes a dos grandes, complejas y problemáticas páginas del pianismo romántico. La Fantasía en do mayor, opus 17, de Schumann y la gran Sonata que a Schumann dedicara Franz Liszt.