Aldaya, hacia los 100 días de tortura
La familia del empresario cree que ETA debe tener dificultades operativas para dejar libre a su rehén
Han transcurrido más de tres meses desde que el empresario José María Aldaya fue secuestrado por ETA cuando se dirigía a su casa en Hondarribia (Guipúzcoa), sin ninguna señal que indique que la situación no se va prolongar. El tiempo y la ausencia de noticias van minando el estado anímico de la familia de Aldaya, según el portavoz, Inazio Altuna. Los rostros de Oscar e Idoia, los hijos del rehén, que durante varios días a la semana salen a la calle con sus compañeros de trabajo para exigir la libertad de su padre son el reflejo del dolor y la tristeza.El portavoz de los Aldaya, el sacerdote Altuna, señala que a medida que se van acercando los 100 días de secuestro la esposa y los hijos van agotando la paciencia. Y añade que los miembros de la familia notan, a medida que caen las hojas del calendario, una sensación de cansancio y desánimo. "Eso es evidente", admite, "pero hay que soportarlo porque no está en manos de ninguno de los Aldaya el poder cambiar la situación; son los que tiene a Josemari los que han de poner fin a este secuestro inútil".
El portavoz cree que tanto la madre como los hijos del empresario vasco intentan hacerse fuertes en estos momentos, sobre todo porque tienen un objetivo marcado y es el de "poder ofrecer a Josemari, una vez que se encuentre libre, la sensación de que la familia ha sido capaz de superar una situación tan difícil". Familiares, compañeros de trabajo y amigos coinciden en señalar que Aldaya habrá encontrado los mecanismos para superar la soledad y la tortura del secuestro. "Tendrá momentos difíciles", afirman, "pero tiene carácter y habrá buscado los medios para darle la vuelta a las cosas".
Altuna considera que las recientes detenciones de miembros de ETA en Francia y España no van a afectar al desarrollo del secuestro, porque en su opinión no hay ninguna relación entre la privación de libertad que está sufriendo Aldaya y las detenciones. "No creo que pueda influir en la liberación o la prolongación del secuestro, son elementos ajenos", señala.
Los familiares de Aldaya creen que el secuestro se está prolongando demasiado y que no existe ninguna razón para que eso ocurra. "Las únicas dificultades son las que ellos puedan tener para dejarle libre, no por nuestra parte", indica un familiar.
El respaldo obtenido de la sociedad y las organizaciones pacifistas a lo largo de los tres meses transcurridos desde el 8 de mayo ha sido el mejor apoyo que han tenido tanto la familia como los trabajadores de Alditrans, la empresa de transporte de Aldaya. "Ha sido una sensación de alivio impresionante y el sentir que no estamos solos en esa lucha diaria", reconoce uno de los trabajadores de la empresa.
Las muestras de apoyo al industrial secuestrado continúan creciendo, después de 98 jornadas de privación de libertad de Aldaya. A la concentración realizada anteayer por los trabajadores de Alditrans, en la salida de la clásica ciclista San Sebastián-San Sebastián, y a la que se unieron unos instantes los corredores, hay que sumar una serie de actos previstos para la próxima semana, coincidiendo con los 100 días de secuestro.
El lunes, un vecino de Vitoria, Jon González, iniciará una marcha a pie desde Armentia (Vitoria) hasta la basílica de Begoña, en la capital de Vizcaya, en solidaridad con el empresario del transporte, y el próximo miércoles Gesto por la Paz tiene previsto celebrar una gran cadena humana en Bilbao.
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