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Agosto

Cada verano vuelve a las conversaciones un viejo tema: el mejor lugar del mundo para pasar las vacaciones de agosto es Madrid. La fórmula: levantarse tarde, salir a comer a un lugar refrigerado, echarse una siesta de las de "pijama, orinal y padrenuestro" y luego cenar al aire libre, si refresca, terminando la noche en alguna terraza. El programa es variable, pero la idea central es pasar un mes en Madrid, lugar de trabajo, sin trabajar.Mi llorado amigo Manu Eléxpuru era una gran apologista de este veraneo. Compuso un pequeño libro, que regalaba a los conocidos, en el que daba cuenta de los restaurantes, tascas y casas de comidas que permanecían abiertas en Madrid durante el mes de agosto. Lo renovaba todos los años y no sé si, tras su muerte, alguien presta tan encomiable servicio a la cosa pública.

El gran defensor del agosto madrileño es, clásicamente, don Francisco Silvela, presidente que fue del Consejo de Ministros en los años del cambio de siglo. Don Francisco dijo una frase célebre que todo el mundo conoce, pero que hay que repetir porque se suele citar mal y se atribuye a otros: "Madrid, en verano, sin familia y con dinero, Baden-Baden". Era Silvela un hombre de finísimo ingenio. Una de sus obras se titula La Filocalia o el arte de distinguir a los cursis de los que no lo son. Convendría reeditar este libro ahora que la cursilería ha impregnado de tal modo la vida colectiva que el término ha caído en desuso.

Lo que no queda claro es si don Francisco pasaba realmente el mes de agosto en Madrid. Su adversario político, Romero Robledo, decía, comentando la frialdad de carácter de Silvela, una frase que merece pasar a la antología del turismo veraniego: "Es tan frío que veranea en Málaga". Romero, que, políticamente, era un "fresco" malagueño (le llamaban "el pollo de Antequera"), acertaba en una cosa: muchos de los que defienden el veraneo madrileño lo hacen desde una estación de mar o montaña. Rodeado yo mismo de montes de nieves perpetuas, no tengo inconveniente en afirmar que no hay nada mejor que un agosto en Madrid.

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