"Hay que abandonar la cultura de la subvención"

La economía española sigue sustentando su reactivación en el tirón exportador, mientras que el consumo interno sigue sin desperezarse.Pregunta. ¿Qué valoración hace de la evolución económica y de las cifras del déficit comercial en el primer semestre?

Respuesta. Las cifras de los seis primeros meses muestran un gran dinamismo de la economía. El tirón exportador es evidente, con un crecimiento del 20%. También han crecido las importaciones por la reactivación económica interna. El déficit comercial, que teníamos previsto en 2,6 billones de pesetas al final del año, posiblemente sea un poco mayor, pero siempre por debajo de los tres billones, es decir, el 4% del PIB. Como la balanza turística será positiva en 2,6 billones de pesetas, cubrirá la mayor parte del déficit.

P. Entonces, ¿no hay motivos graves de preocupación en este terreno?

R. Lo importante hoy en las economías desarrolladas es ver la evolución de la balanza de bienes y servicios. La economía española exporta cada día más servicios e importa más mercancías para su transformación. La balanza de bienes y servicios terminará este año con un déficit de unos 250.000 millones de pesetas, el 0,3% del PIB.

P. ¿Considera sólido el tirón exportador de las empresas españolas o volverá el ciclo débil?

R. Las empresas españolas que logran exportar han mejorado sus resultados sensiblemente. El problema es que solamente un pequeño porcentaje de empresas exportan. Nuestro principal objetivo es ampliar esa base de empresas. En este sentido, vamos a reestructurar la red territorial del ministerio y establecer una oficina del ICEX por comunidad autónoma para mejorar la promoción exportadora.

P. ¿Cómo valora el crecimiento de las importaciones sin que crezca el consumo interno?

R. Me parece un dato positivo porque se importan, sobre todo, bienes de equipo y no bienes de consumo. Eso significa que crece él ritmo de actividad de la industria española. Es un dato alentador. En la medida en que la economía española pueda seguir creciendo sin que crezca el consumo, mejoraremos la tasa de ahorro, dato en el que nos encontramos entre los últimos países de la Unión Europea.

P. ¿Seguirá siendo España un país atractivo para la inversión extranjera?

R. Las cifras del primer semestre del año, con unas inversiones directas de unos 800.000 millones de pesetas, así lo demuestran. Hemos superado el bache que se produjo en los años 1992 y 1993, cuando la imagen de España sufrió en el exterior. Se pensaba que nuestra legislación laboral era aún más rígida de lo que en realidad era, y el mercado japonés también sufrió desencanto con el problema de Santana Motor. Pero de nuevo nos hemos convertido en un país atractivo.

P. ¿Cómo administrará el recorte presupuestario que ha anunciado el ministro de Economía para el próximo año?

R. Recortar gastos siempre sabe mal, pero hay que asumirlos. En España todo el mundo dice que hay que recortar el gasto público, pero el de los demás, no el de ellos. Tenemos que abandonar la cultura de la subvención. Yo me reúno continuamente con empresarios y siempre protestan por el crecimiento del gasto público, pero no renuncian a ninguna ayuda o subvención. Los empresarios debieran aprender que es más positivo para el futuro que se recorten los tipos de interés al poder tener un menor déficit que el recorte de las ayudas del ICEX. Es un concepto más prometedor para el futuro. Pero no solamente son los empresarios, también los trabajadores consideran que el Estado ha de solucionarles sus problemas. Nadie renuncia a la cuota de protección que le corresponde. En España no hay liberales. Deberíamos buscar nosotros la solución a nuestros problemas y acudir al Estado solamente en última instancia.

P. Después de tanto optimismo parece que las cifras del turismo no van a ser tan espectaculares en 1995.

R. El año será bueno, aunque no tan bueno como se esperaba. De todas formas, los ingresos hasta junio han crecido un 9% y los visitantes aumentado un 4%. Lo que ocurre es que julio y agosto han bajado sobre las cifras de ocupación previstas. Dos han sido los motivos principales: el primero, que ha habido altas temperaturas en el Reino Unido, por lo que se han anulado muchas reservas de ese mercado; en segundo lugar, el mercado turístico turco ha logrado remontar sus cifras de visitantes tras salvar su imagen de país conflictivo y porque han tirado los precios como arma comercial. En todo caso, el futuro turístico español no pasa por la masificación de los meses punteros. Todo lo contrario, hay que intentar mejorar la calidad como oferta diferenciadora y, sobre todo, desestacionalizar el turismo con una oferta repartida a lo largo de todo el calendario.

P. ¿Cuál es el planteamiento de privatización de paradores nacionales?

R. No hemos dicho nunca que se vayan a privatizar. Se va a desinvertir en aquellos que no respondan a la imagen de la cadena, que no reúnan las condiciones que los definen como establecimientos monumentales. Nos saldremos de los de carretera. De todas formas es un proceso lento. Están ahora en plena reestructuración en varios aspectos y su cuenta de resultados mejorará sensiblemente a pesar de los costes del ajuste. En el año 1996 esperamos unos resultados de 1.500 millones de pesetas.

P. ¿Por qué se ha dado tanta importancia al Consejo Promotor del Turismo, recientemente creado?

R. Creo que este organismo puede abordar la asignatura pendiente del turismo: la coordinación. Es la primera vez que un organismo aglutina a representantes de la Administración central, de la autónoma, de los ayuntamientos y de los empresarios.

Todos tenemos que caminar en la misma dirección.

P. ¿Después de un año de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la afiliación obligatoria a las cámaras de comercio, no ha habido ninguna solución al respecto?

R. Es un tema abierto de gran importancia. En principio hemos decidido esperar la respuesta del Constitucional a los recursos presentados sobre la ley de 1993. Cuando el Constitucional responda a esos recursos sabremos a qué atenemos. En todo caso, las cámaras de comercio deben demostrar que su existencia está sustentada en unos servicios útiles para las empresas. Si no demuestran esto, tendremos que ver qué modelo de cámaras queremos en el futuro. En principio hemos resuelto los problemas financieros coyunturales de las cámaras con el aval que concedió el Estado.

P. ¿Para cuándo será posible contar con la anunciada Ley de Comercio?

R. La idea es que este año haya Ley de Comercio. Hay que conseguir un acuerdo en este texto y sobre todo en el espinoso apartado de los horarios comerciales. Yo pediría a las partes implicadas que entiendan que la ley es buena para todos y que los aspectos positivos son muy superiores. A los pequeños comerciantes les diría que esta ley recoge el 90% de sus peticiones, pero que nadie puede imponer todas sus exigencias. Considero que es respetuosa con todas las partes del comercio y establece la liberalización de forma pausada en el año 2001. Quizá no sea el mejor momento para negociaciones políticas, pero hay que desbloquear la ley. Es cierto que los votos de los comerciantes cuentan. También diría a las grandes superficies que va a haber una regulación que establezca unas reglas del juego para que no se imponga la ley de la selva, como en los últimos años.

P. ¿Cómo ha entendido el pequeño comercio el plan de modernización del sector?

R. Pues unos comerciantes bien y otros no tan bien. Es lo de siempre, los que tienen intención de competir lo han asumido y quienes no lo entiendan se marginarán definitivamente. Nosotros apostamos porque siga existiendo el pequeño comercio, porque es necesario como complemento de la gran superficie. Nuestro urbanismo así lo exige, y desde luego nada más lejos de nuestra intención que no exista el pequeño comercio.

P. Parece que la venta de Galerías Preciados a El Corte Inglés se ha complicado en las últimas semanas. ¿Existen problemas serios?

R. Sobre este tema, parecía que cuando el Ministerio de Comercio eligió la mejor oferta de las presentadas por Galerías, todo estaba arreglado y cerrado el pasado mes de junio. Y no era así. Entonces comenzaba un complejísimo proceso de negociaciones hasta firmar la compra. El Corte Inglés dijo que ellos se quedaban los activos y recolocaban a 5.200 trabajadores si se cumplían dos condiciones. La primera, que se resolviera un expediente de regulación de empleo del total de plantilla, de 6.900 trabajadores. La segunda, que hubiera un convenio de acreedores de la suspensión de pagos. La primera parte se ha resuelto hace unos días y la segunda lo hará en septiembre.

P. ¿Parece que alguien está poniendo pegas a última hora?

R. En el asunto de Galerías, si todas las partes no hacemos un esfuerzo por renunciar a una parte de nuestros legítimos derechos, la operación puede complicarse. Los sindicatos tienen que ser conscientes de que todos hemos de renunciar a una parte de los derechos para que haya acuerdo. El expediente de regulación ya está firmado y el convenio se suscribirá en septiembre. La fecha inicialmente prevista para la firma, el 1 de septiembre, puede pasar al 1 de octubre.