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Juega el dinero británico

Collymore y Bergkamp baten récords con sus fichajes por clubes ingleses

Estas fechas suelen ser utilizadas por el fútbol italiano para agudizar la sensación de bochorno y subrayar su abrumador poder adquisitivo acaparando lo mejor del mercado futbolístico. Ahora, sin embargo, le cuesta competir con una liga inglesa cuyos equipos han movido 12.000 millones de pesetas en lo que va de tregua estival y que no dan señales de haber apagado su sed.Sólo hay que ir hasta la carretera de Sarrià para encontrar un llamativo botón de muestra. El traspaso de Florin Raducioiu al Glasgow Rangers es un asunto que el jugador ha zanjado mil y una veces. Pero su representante, Antonio Caliendo, ha mantenido vivas las esperanzas del campeón escocés durante tres meses y sigue desplegando sus fuerzas persuasivas ante el recalcitrante rumano. Es decir, que un intermediario italiano está empeñado en vender en las islas. Algo ha cambiado.

Dado el clima y la dureza de sus ligas, el Reino Unido jamás ha sido la tierra prometida del futbolista. Pero el dinero habla y hay cada vez más jugadores -y clubes- europeos que escuchan.

Hace tres años, el traspaso de Alan Shearer del Southampton al Blackburn Rovers por 700 millones de pesetas produjo desmayos. Ahora parece la ganga de los años noventa. El Newcastle acaba de pagar 1.200 millones al Queens Park Rangers por el delantero Les Ferdinand y el Liverpool ha pagado 1.700 millones al Nottingham Forest por la compra del goleador Stan Collymore, una operación que destroza la plusmarca de 1.400 millones establecida hace escasos meses cuando el Manchester United adquirió al goleador del Newcastle, Andy Cole.

Las cifras están tan infladas que el ex barcelonista Mark Hughes, de 31 años, vale 150 millones según la opinión de su comprador, el Chelsea, para hacer compañía al holandés Ruud Gullit. El West Ham ha pagado 200 millones por Marco Boogers, un delantero que se encuentra entre la letra pequeña de la liga holandesa, en la plantilla del RKC Walwijk. El Coventry de Ron Atkinson hapagado la misma suma al Benfica por el centrocampísta Isaías, que cumplirá 32 años en octubre. El Leeds, después de invertir 600 millones en el ghanés Anthony Yeboah hace pocos meses, ahora ofrece 1.400 al Parma por el colombiano Faustino Asprilla.

A codazos

No sorprende que los intermediarios se den codazos. para hacerse con su porcentaje en tamañas operaciones. Andréi Kanchelskis, el ucranio del Manchester United relacionado con el Barcelona, grita que su marcha se debe a desavenencias con su entrenador, Alex Ferguson, y sólo susurra que su contrato le da derecho al 33% de cualquier beneficio obtenido por el club que le compró por 200 millones. La venta, cifrada en 700 millones, significaría 167 millones a repartir entre el jugador y su tovarich diez por ciento, un intermediario ubicado en Rusia.Pero no se trata únicamente de mirar las cifras que aparecen en la tabla, sino también de preguntarse de dónde viene el efectivo manejado por los nuevos ricos de Europa.

Es evidente que la llegada de mecenas como Jack Wal ker, John Hall o Peter John son a las presidencias del Blackburn, del Newcastle y del Everton ha supuesto una importante inyección financiera. Pero al mismo tiempo los clubes ingleses han perfeccionado la cornercialización de sus productos y sobre todo a partir del informe Taylor, sobre la tragedia de Hillsborough en 1989, han modernizado sus instalaciones con tanta eficacia que los estadios ingleses ahora se comparan favorablemente con los de cualquier país del mundo. Es decir, la renovación no corresponde a un puñado de clubes punteros, sino que se ha convertido en una norma generalizada, incluso entre clubes de Segunda o Tercera División.

Mientras tanto, la recién nacida Premier League negoció contratos televisivos que revolucionaron un mercado donde la BBC y la ITV anteriormente respetaban un pacto de muy poca agresión y se hacían con los derechos por 790 millones de pesetas al año. La cadena de pago Sky abona ahora 1.200 millones por temporada, con lo cual cada equipo tiene garantiza dos 400 millones, más una cuota por partido transmitido y otra por los puntos conseguidos durante la liga.

La federación se esfuerza para potenciar las competiciones coperas y equipos como el Arsenal, muy flojos en la liga, se han enriquecido llegando hasta las finales disputadas en Wembley y mediante los torneos europeos, donde cada club negocia sus propios contratos.

Aunque la campaña pasada fue bautizada en Inglaterra como la temporada de los escándalos, la respuesta del público ha sido contundente. Con contadas excepciones como en el estadio del Wimbledon, el no hay billetes. ha aparecido por todas partes y muchos clubes, como el Manchester United, se ven obligados a aumentar el aforo de sus estadios. Las revistas especializadas anuncian incrementos de entre el 30% y el 40 % en sus ventas, el mercado de vídeos vende como nunca y en un país consternado por la corrupción, la violencia, los sobornos, la drogodependencia, el alcoholismo y el bajo nivel de su equipo nacional, se alzará el telón ante un público multitudinario y enfervorecido.

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