PSOE nombra a un comité para preparar la conferencia

La ejecutiva federal del PSOE ha encargado a cuatro de sus miembros el diseño de la conferencia' política que ese partido celebrará el mes de octubre. Cipriá Ciscar, secretario de Organización; Txiki Benegas, secretario de Relaciones Políticas e Institucionales; Joaquín Almunia, secretario de Estudios y Raimon Obiols, secretarlo de Relaciones Exteriores, marcarán las líneas de los debates que girarán en torno a un manifiesto político que se enviará a toda la organización antes de la conferencia como material base de trabajo.Los miembros de la ejecutiva consultados reconocen que han creado un cierto revuelo con sus primeras declaraciones en las se dio a entender que la conferencia política era para "defender la democracia". Las aclaraciones que intentaron dar tanto Ciscar como Almunia no despejaron del todo las dudas porque, tras decir que "la democracia no corre peligro", hacían consideraciones que venían a decir casi lo mismo. Almunia dijo que "no se respetan las reglas del juego democrático", en tanto que Ciscar anunciaba la necesidad de defender "la autonomía de la política frente a. los sectores ajenos a la soberanía popular que quieren imponer sus intereses".

Mientras, Gregorio Peces Barba pedía en unas declaraciones a la cadena Cope la sustitución de toda la dirección del PSOE. En su opinión no debe estar "ninguna de las personas que han estado en la última etapa".Arango, tranquilo

Sobre la fortaleza o debilidad de la democracia el director del Centro dé Investigaciones Sociológicas (CIS), Joaquín Arango, se mostraba ayer en declaraciones a este periódico completamente tranquilo. "La solidez de la democracia, y el apego de los españoles a la democracia no tiene ni un sólo arañazo. La crispación es relativa, es superficial, no hay mar de fondo".'

No obstante, Joaquín Arango, establece una clara diferencia entre lo que es la solidez de la democracia con "la desafección de los ciudadanos a la política". Aquí si hay elementos ciertos. "Existe desafección desde 1992 con el comienzo de la crisis económica, reforzada por los escándalos". La desconfianza, la irritación, el distanciamiento hacia la vida política refuerza el antipoliticismo "que forma parte de la tradición española". "Los anarquistas hicieron bandera del antipoliticismo y lo mismo ocurrió en el franquismo", recuerda.

Todo ello no es equivalente a que "se cuestione el sistema democrático". "Ha aumentado el interés por la política, por supuesto crispado, pero hay interés y se ha manifestado en las tres últimas elecciones en las que la participación ha sido muy alta". El interés por la información política ha aumentado en los últimos meses, según sus datos, aunque ese interés "no sea positivo". Por tanto, concluye, no se puede hablar de crisis de la democracia. "Se equivocan quienes piensen que los últimos acontecimientos ponen en peligro la democracia".