Walt Disney nos echa un cable
La prodigiosa patata Mickey Mouse contra la reactivación de las Damas Auxiliares de Sanidad Militar
Lo bueno de este trabajo mío es que cada día borra el anterior. Verbigracia: ayer estaba a punto de abandonar y dedicarme a realizar liposucciones orales, pero hoy he hallado un nuevo motivo para vivir y amar mi profesión, en medio de éste, al parecer, inevitable avance hacia el mero final de la escalera de la ley de Murphy, y, encima, con la espada de Demóstenes penduleando sobre nuestras cabezas. Hoy, mientras mis amados colegas de la sección de Nacional peleaban con el árido asunto del artículo 102 de la Constitución, un teléfono sonó y, al fin, ¡una buena noticia! inundó el éter. Un encantador caballero llamado Félix Calvo, visitador médico por más señas, que alivia las tensiones cultivando un pequeño huerto cercano a Madrid, en Valdemaqueda, se encontró con una patata que tiene exactamente el aspecto de Mickey Mouse. Atónito, el señor no supo qué hacer, pero un vecino más impuesto en la cosa de los mass media le alertó: "Llama a EL PAíS". Puede que algunos de ustedes se rían, pero a mí estas pequeñas cosas me conmueven. Soy una gran fagocitadora de las secciones de curiosidades de las revistas, también llamadas misceláneas o puzzles. Y ese hombre en cantador, que accedió a venir con su patata a Miguel Yuste para que sela fotografiáramos, merece todos mis respetos. Al margen de que nunca se me ocurriría echar en saco roto los mensajes de ultratumba de Walt Disney. Porque el día de ayer no pudo empezar peor, con tanto padre e hijo que habían pasado la noche en vela, insomnes y lacrimosos en el sofá debido a que su club favorito había sido arrojado a las tinieblas infernales de la Segunda B sin que a nadie le temblara el pulso al firmar la sentencia de muerte. Llamé a un amigo mío de Sevilla, Ernesto Martín, actor, que es seguidor bético, para pulsar un poco la opinión del contrario, y me encontré con que había dejado en el contestador automático el siguiente. mensaje: "Como sevillano, me duele que un equipo de mi ciudad baje de esta forma a Segunda B. Como deportista, estoy sorprendido. Como bético, creo que es consecuencia de una situación depresiva que conduce al suicidio, por la humillación recibida y por el miedo, terror diría yo, a un nuevo enfrentamiento con el Betis. Ahora bien, equipos que no aceptan la derrota no merecen el aliento de la ciudad ni tienen espíritu deportivo. Me duele, como bético, no ganarle al Sevilla en la próxima Liga. ¡No precipitarse a la autoinmolación, sevillistas! ¡Las corruptelas aún os pueden salvar! Sólo eso. ¡A galopar, a galopar! Sería un hipócrita redomado si no dijera que siento un gran placer (las cursivas son mías).
La verdad el que lo siento por la afición tanto del Sevilla como del Celta -encima, con lo que está sufriendo Vigo con la pesca-, pero la situación que más debe afligirnos, queridos hermanos, es la de Luis Cuervas, presidente del Sevilla, alias caragato, alias el muñequero, que posee tiendas de juguetes y de ésas de todo a 100, y que va a acabar teniéndose que exiliar a Serbia, dada su, al parecer, mentalidad librepensadora y tolerante en exceso, sólo pareja a la de su vicepresidente, José María del Nido, cuyo papá fue jefe de Fuerza Nueva en Sevilla. Parece que su propia mujer, en cierta ocasión, agraviada por sus devaneos falderos, le colgó en la cocina un reloj del Betis. No les digo más.
Como si todo lo anterior no bastara, llegó ayer por cable la apasionante noticia de que el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados ha pedido al Gobierno que reactive el Cuerpo Especial de Damas Auxiliares de Sanidad Militar, al considerarlo "sumamente valioso para las Fuerzas Armadas". Qué bonito y qué bien: nos espera un futuro a lo Pinochet con sus damas del voluntariado -que encabezaba la ínclita esposa, doña Lucía Hiriart- que pone los clítoris de punta.
No debe extrañarles que esta prenda, puesta a ponerse regresiva, prefiera el inigualable candorde los finales felices a lo Walt Disney
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