Los aficionados toman la calle
Protesta de miles de seguidores sevillistas y célticos
"¡Hasta la muerte, Sevilla hasta la muerte! Éste fue el grito unánime de las más de 25.000 personas que se manifestaron ayer por las calles de la capital andaluza para reclamar la permanencia de su equipo en la Primera División. Niños, jóvenes, adultos y familias enteras se sumaron a la convocatoria de las peñas sevillistas, indignadas por la posibilidad del descenso y especialmente con los directivos del club, a los que responsabilizan del conflicto creado.La manifestación, que partió a las ocho de la tarde del estadio de Nervión, iba encabezada por una gran pancarta en la que se leía "Sevilla, no te mereces esto". Sin apenas servicio de seguridad, los sevillistas recorrieron pacíficamente varios kilómetros, hasta llegar a la Plaza Nueva, donde está situado el Ayuntamiento de la ciudad. Su paso fue jaleado por numerosas personas que permanecían en las aceras, muchas de las cuales secundaron los cánticos y consignas de los manifestantes.
Los aplausos se hicieron aún más sonoros cuando las pancartas se referían al presidente del Sevilla, Luis Cuervas, convertido de la noche a la mañana en el principal enemigo del sevillismo. "Cuervo, borracho, traidor", rezaba una de las pancartas, mientras otras no le dejaban mejor parado. "Cuervas, cáncer del Sevilla" o "Sevilla: afición de Primera, equipo europeo, pero la directiva, un cachondeo", formaban parte de la interminable lista de acusaciones contra el presidente, además del consabido "¡Cuervas, vete ya!
Miembros de la Federación de Peñas Sevillistas distribuyeron un comunicado, en el que se afirmaba que, de ninguna manera, "la ineptitud de algunos puede recaer sobre una afición señora y centenaria". Asimismo, señalaban que el fútbol español debe saber que no se estaba castigando al inepto, sino a una afición con quien toda España está en deuda. "Nosotros hemos llevado a la selección española a eurocopas y mundiales, y ahora es a nosotros, y no a nadie más, a quienes castigan".
En Vigo, los aficionados también salieron a la calle. Unos 10.000 seguidores del Celta se manifestaron por el descenso de su equipo. Los manifestantes lanzaron consignas contra la directiva del club gallego y contra el alcalde, Manuel Pérez. Incluso lanzaron piedranscontra el edil popular.
Unos seis mil seguidores seguían pasadas las doce de la noche a las puertas del campo de Balaídos, en el cual pretendían mantener un encierro. Horas antes, a las nueve de la noche, los aficionados llegaron a dar saltos de alegría, después de que una radio anunciara que todo estaba solucionado. Enseguida se supo que había sido una falsa alarma.
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