_
_
_
_
Tribuna:HOGUERAS DE AGOSTO
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La canción del verano

Oropesa, en Castellón, puede convertirse a partir de ahora en un centro internacional de veraneo de fuste capaz de opacar, si no de hundir, otros mundialmente reconocidos lugares de recreo, tales como Palma de Mallorca, Marbella, Capri, la costa Azul, y un corto etcétera. Oropesa, como los agudos lectores deben ya saber, es el privilegiado refugio do mora, por estas fechas, el presidente del Partido Popular. Como se trata, posiblemente, del último agosto que los Aznar pasan en Oropesa como primera familia de la oposición, siendo que, de ganar en marzo, el año que viene lo harían ya como familia presidencial del Gobierno, resulta significativo que hayan convocado a los periodistas gráficos para el próximo jueves por la tarde en un hotel de la urbanización La Playeta. Es decir, que quieren hacerse la foto póstuma de este estado transitorio, el recuerdo para toda una vida, el tal como éramos antes de qué será, será.Hablando de canciones, si yo fuera el alcalde de Oropesa, me apresuraría a luchar por todos los medios -tipo cruzada Bono por las agüitas del Tajo- para arrebatarle a Benidorm su famoso festival, entre otras cosas porque, gracias a ello, dadas las simpatías de Julio Iglesias por don José María, fácilmente lo tendría todos los años cantando gratis en la clausura. En fin: si carecen de sentido comercial, allá ellos.

Pensando en estas cosichuelas iba ayer yo por un Madrid sólo apto para mártires cristianos de los que se dejaban, cocer por la paganía, en donde, además de todo lo demás, los taxistas se han puesto el bermudas antilujuria obtenido por su señora cortando unos pantalones de tergal de hace diez años, a juego con los calcetines hasta media patorra y las sandalias del doctor Mengele. Probo y decente atuendo que contrasta con la última moda del verano para cachorros de la derecha: el polo Lacoste azul oscuro o negro, con el cuello finamente ribeteado por la bandera española.

Iba yo, decía, pensando, y apenas distrayéndome con la visión de los trabajadores de obras públicas que, torso desnudo, el alcalde ha tenido la bondad de poner a asfaltar calles. Y no se me ocurrió otra cosa que entrar en la sede del PSOE, con el doble objetivo de encontrar refrigeración y disfrutar de un recital del famoso rapsoda Ciprià Ciscar, al final de la reunión de la ejecutiva ejecutora.

Cómo que aire acondicionado, mis cuates. Aquello es un microclima; de hecho, nada más entrar noté que la realidad no me seguía, lo cual es raro porque no suele abandonarme. Y en cuanto al recital: un tango, aunque según como se mire también podríamos llamarlo una milonga. Si mis notas no mienten, porque reconozco que, en algún momento, me traspuse, la letra básica de la canción del verano dice así: "Unidad y unanimidad en torno al liderazgo del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Felipe González. En un clima de serenidad y de trabajo se ha valorado el mantenimiento de esa serenidad desde la clara convicción...". Sigue la letra por una eternidad, sólo alterada por la modulación del estribillo: serenidad, unidad, unanimidad, como palabras básicas, con leves quiebros abolerados tipo: "No hemos entrado en valoraciones" o "No quiero entrar en hipótesis".

Fue entonces cuando envidié desde lo más profundo a Divine Brown, que tuvo la fortuna de hallarse en el momento justo en el lugar preciso, y trabajándole el ego inferior a la persona adecuada, y que gracias a todo ello ha podido abandonar la prostitución y ahora mismo se encuentra en Brasil, posando para una importante marca de ropa interior y con una vida decente por delante. Por envidiar, hasta envidié a Elena Ochoa, que ha enloquecido al arquitecto Norman Foster, que le manda su avión cada dos por tres para poder verla, porque sin ella no es capaz de dibujar un plano.

Cualquier cosa antes que seguir en esta profesión.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_