La larga 'caza' del más famoso ladrón inglés
La extradición amenaza de nuevo el cerebro del asalto al tren de Glasgow
Ronald Biggs, el cerebro del asalto al tren correo de Glasgow, huido hace 30 años de una prisión británica y residente en Brasil desde 1970, está una vez más en el punto de mira del tenaz Gobierno británico, que ayer firmó un tratado de extradición con Brasil. El acuerdo ha llevado más de 45 años de negociaciones y ha puesto serio a Biggs. Pero el gran burlador de Scotland Yard confía en seguir disfrutando su libertad a expensas del Gobierno de Su Graciosa Majestad.El principal protagonista llamado robo del siglo tenía años el 8 de agosto de 19 cuando obligó. al maquinista Jack Mills a detener la marcha del tren correo Glasgow-Londres. Cubiertos por la neblina y sin ninguna resistencia, los asaltantes se llevaron un multimillonario botín, que en la época rondaba los 2,6 millones de libras y que hoy equivaldría a unos 4.200 millones de pesetas.
Biggs y sus colegas fueron capturados y condenados, pero el 8 de junio de 1965, cuando aún no se cumplían los dos primeros años de una condena de 30, el cerebro escapó de la cárcel de máxima seguridad de Wandsworh. Tras deambular por Francia y Australia, Biggs llegó a Brasil en 1970. Cambié su identidad por la de Michael Haynes, y al poco tiempo de instalarse en la zona más selecta de Río de Janeiro fue abandonado por su esposa, Charimaine, de la que tenía dos hijos. En 1974 fue traicionado por la prensa: al intentar vender una exclusiva, el Dady Express no sólo no le pagó lo prometido por sus memorias, sino que denunció a Scotland Yard su paradero.
Biggs fue detenido, pero Londres se topó con un gran obstáculo al intentar repatriarle, puesto que el tratado de extradición había expirado a mediados de siglo. Además, el prófugo logró demostrar que su compañera brasileña, la bailarina Raimunda do Castro, iba a dar a luz un hijo suyo. El tribunal brasileño que vio la solicitud señaló que, como padre, tenía la obligación de estar al lado de su hijo hasta su mayoría de edad. Y la hora ha llegado justo al tiempo que se firma el tratado de extradición: Mike Biggs cumplirá 21 años a medidos de agosto, una semana después de que su padre llegue a los 66.
Pero Brasil ha sido generoso con Biggs durante un cuarto de siglo y Biggs confía en que siga la racha. En la legislación brasileña existe el concepto de prescripción de delito, lo que no ocurre con la británica, y eso se ha introducido en una cláusula del tratado. El periodo de prescripción varía según los delitos y corresponderá al Tribunal Supremo Federal decidir si Bigss es extraditable o no.Mike, además, tiene planes de cobertura alternativos para su padre. Según él, mientras dependa financieramente del viejo, el cerebro del robo del siglo no podrá, ser extraditado. Mike se va a matricular en la universidad y piensa estar allí todo el tiempo que: haga falta. "Podría suspender y suspender, un año y otro", señala. "Podría convertirme en el mayor fracasado de la historia y él seguiría en Brasil hasta que yo aprobara".
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