La incertidumbre sobre el apoyo a los Presupuestos y el 'caso GAL' tuercen la buena racha de la peseta
La peseta se mostró ayer más vulnerable frente al marco alemán que el resto de las divisas europeas, castigadas por la debilidad del dólar. La situación política interna española ha sido acusada por los mercados financieros, que muestran así indicios de haber tocado techo. La buena racha de la peseta se torció ayer por la incertidumbre sobre si saldrán adelante los Presupuestos del año que viene y la escalada de la tensión en el caso GAL. Durante la mañana, la divisa llegó a perder una unidad frente al marco, aunque a las seis de la tarde el recorte se quedaba en 60 céntimos. La deuda también sufrió un ligero deterioro, y la Bolsa reaccionó a la baja tras un descenso de 50 puntos en la apertura en Nueva York.
La incertidumbre política, con la subida de tono del caso GAL, la retirada del apoyo al Gobierno por parte de CiU -extensible a los Presupuestos- y los escándalos que empiezan a salpicar al Partido Popular, han dejado a los mercados financieros españoles en una situación difícil para hacer frente a cualquier otra coyuntura. Para los operadores de los mercados de divisas, la peseta ha sufrido las consecuencias de la ruptura de compromisos respecto del presupuesto para el año próximo lo cual, a su vez, plantea la posibilidad de que las elecciones generales tengan que ser el próximo otoño.Se tuerce así la buena racha de la peseta que, incluso hasta el pasado lunes, parecía haber descontado cualquier escenario político para los próximos meses, por negativo que fuera. El cambio medio de la peseta respecto del dólar fue de 119,96, con una pérdida de 42 céntimos, mientras que con el marco el recorte fue de 58 céntimos para situar el cambio medio en 86,18 pesetas.
Esta situación se complicó más con la publicación del déficit comercial norteamericano del mes de mayo que, con 11.430 millones de dólares, superó todas las previsiones. El dólar pasó de la recuperación de los últimos días -en parte basada en la creencia de un pacto de los grandes bancos para apoyarle- a ser la moneda más ofertada en los mercados. Frente al y en pasó de cotizarse a 88,55 a lo largo de la mañana a los 88,22 yenes de última hora, mientras que con el marco el precio al final de la tarde era de 1,3849 frente a los 1,3925 del cierre del mercado de Francfort.
La capacidad de arrastre del dólar encontró una peseta tocada por la situación interna, al tiempo que el marco alemán resultó ser la moneda más beneficiada. Al cierre del mercado español el marco se cotizaba ya a 86,35 pesetas y el dólar a 119,87. Durante la mañana, la peseta había llegado a perder una unidad frente al marco. Los operadores señalaban la elevada volatilidad de los mercados en esta sesión, acompañada de una liquidez muy escasa en el caso de la peseta.Descenso en Wall Street
La Bolsa de Nueva York reaccionó también negativamente ante el incremento del déficit comercial de Estados Unidos, llegando a caer 50 puntos poco después de abrir la sesión, con lo que se detuvieron los programas automáticos de compraventa para dar tiempo a los inversores a replantearse la situación. Media hora después, el mercado perdía 56 puntos, circunstancia en la que tiene mucho que ver el hecho de que en a sesión anterior se había conseguido el máximo histórico de aquella bolsa, al alcanzar el Dow Jones el nivel de los 4.736,29 puntos. Al, final este índice terminó perdiendo 50,01 puntos y quedó a 4.686,28.También la Bolsa española ofreció un terreno bien abonado para hacerse eco de una situación negativa, con lo que la caida de Wall Street provocó un recorte de hasta 3,56 puntos, el 1,16%. La parada de los programas de ventas fue providencial para que en el momento del cierre de la Bolsa española se produjera una pequeña recuperación y el índice terminara con un descenso del 0,87%, 2,65 puntos, que sitúan al índice general en el 302,82%. No obstante, este recorte parece una cifra de compromiso ante dos situaciones -la interna y la externa- que no invitan, precisamente, a mantener posiciones en los mercados de valores.El mercado secundario de deuda registró un notable incremento de la actividad y un nuevo descenso de los precios, situando la rentabilidad de las obligaciones a 10 años en el 11,35%, 11 centésimas por encima de la del día anterior.
Los operadores de la Bolsa, escépticos a lo largo de la mañana sobre la incidencia directa de los últimos acontecimientos políticos sobre las cotizaciones, se mostraban muy preocupados por la evolución de la Bolsa norteamericana, sobre todo por la falta de defensas del mercado español.
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