Srebrenica, Zepa, Gorazde y los otros
Un aplauso cerrado a la ONU, a su Consejo de Seguridad, a la Alianza Atlántica, a los Gobiernos de la Comunidad Europea, a las potencias del llamado Grupo de Contacto y a los diversos mediadores internacionales oficiales o espontáneos por sus promesas de firmeza puntualmente cumplidas, resoluciones aplicadas al pie de la letra, advertencias seguidas de acciones prontas y enérgicas conforme a la pauta trazada en Irak.Un hurra al secretario general de las Naciones Unidas, Butros Butros-Gali, por su actividad infatigable al servicio de los principios fundacionales de la organización tocante al castigo de los genocidios, persecuciones raciales y demás crímenes de guerra cometidos en Bosnia. Una ovación a los mandos de Unprofor que a lo largo de tres años han sabido establecer una neta distinción entre agresores y agredidos, verdugos y víctimas, con una lucidez y equidad que nos conmueven y admiran.
Vítores a los firmantes del acuerdo 4 + 1 de mayo de 1993 en Washington, para premiar creacion de zonas de seguridad en Srebrenica, Zepa, Gorazde, Sarajevo, y Bihac, gracias a las cuales sus habitantes disfrutan hoy de una paz idílica. Ídem, a los responsables de Unprofor que desarmaron a los militares bosnios de los dos primeros enclaves a fin de asumir en caso necesario su heroica defensa.
Felicitaciones a los cuatro aviones de la OTAN que largaron su pequeña y simbólica carga junto a un depósito de municiones de Pale, originando así la cadena de acontecimientos -matanza de Tuzla, captura de rehenes- que han puesto de relieve en las últimas semanas el arrojo y dignidad de la comunidad internacional frente a los señores de la guerra y purificadores étnicos que la desafían.
Un aplauso especial al inefable enviado del secretario general de la ONU en la ex Yugoslavia Yasushi Akashi por su oportuna carta al caudillo de Pale destinada a asegurarle que la FRI (Fuerza de Intervención Rápida) "no va dirigida contra él". Ovación, música y vuelta al ruedo al secretario general de la Alianza Atlántica Willy Claes, para quien lo ocurrido en Srebrenica "no es una derrota de la OTAN". Dos orejas, rabo y paseíllo al comandante holandés del enclave por su brindis con el criminal de guerra Ratko MIadic tras la brillante "liberación" de la ciudad (fotografía difundida por el diario Hürriyet). Gracias a tantas y tan concertadas acciones gloriosas la comunidad internacional ha logrado lo que hasta hace poco parecía imposible: la creación en Europa del primer Estado nazi desde la derrota de Hitler.-
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