Serra se siente víctima de una conjura no democrática
El ex vicepresidente del Gobierno Narcís Serra sugirió anoche que ha sido víctima de los poderes no democráticos y de determinados intereses particulares enfrentados al interés común del país. En una cena de homenaje que le brindaron unas 1.200 personas ayer en Barcelona, Serra reivindicó la defensa del interés general, ensalzó la política ejercida con nobleza y apeló a los resultados como vara de medir la acción de los políticos. Serra dejó patente su voluntad de permanecer en la política activa, contra quienes, desde dentro y fuera de su partido, habían augurado que el ex vicepresidente desaparecería de la escena política tras su salida del Gobierno a raíz del escándalo de las escuchas del Cesid.A su llegada al hotel, Serra expresó su satisfacción por el apoyo que le mostraban sus amigos y simpatizantes, afirmó que a partir de ahora se dedicará plenamente a su tarea de diputado por Barcelona y apuntó que, tras la declaración efectuada ayer por Convergència i Unió, con la que da por terminado su apoyo global al Gobierno, el Ejecutivo socialista dispone aún de un margen de negociación suficiente para lograr ejercer de forma efectiva la presidencia de la Unión Europea y para sacar adelante los presupuestos del Estado.
En su discurso, Serra subrayó que el Gobierno "es uno de los poderes, pero no es el poder". "Hay poderes, y bien fuertes, de raíz no democrática que buscan, a veces de forma legítima y a veces no, hacer prevalecer sus intereses particulares o de grupo sobre los intereses de la mayoría. Muchos de mis dolores de cabeza han venido a menudo de la necesidad de enfrentarme a intereses corporativos, siempre más transparentes, o particulares, normalmente más oscuros, en defensa de los intereses generales".
"Éste es y será un combate permanente", agregó. "Y es obligación de los políticos explicarlo porque es esencial que ganemos el combate y hagamos prevalecer el interés colectivo, sobre todo cuando los intereses particulares se expresan de forma desvergonzada".
El ex vicepresidente admitió que hay políticos que abusan de su posición, pero advirtió que eso no debe llevar a los ciudadanos a rechazar la política.
Serra reivindicó la incidencia de Cataluña en el conjunto de España, defendió una concepción federalista del Estado y abominó del separatismo. "Cataluña sin España saldría perdiendo, y España sin Cataluña también", sentenció.
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