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GENTE

BUEN FUTURO PARA LOS CUIDADORES DE CAMELLOS

Ibrabim Mohammed y Hassan Abukar son dos de los miles de refugiados que viven en Suecia que tuvieron el privilegio de conseguir un trabajo estable. Ambos salieron de Somalia huyendo de la guerra y hoy tienen un sueldo de unas 150.000 pesetas mensuales como cuidadores de camellos en un parque de la isla de Gotland, en la costa sureste de Suecia. Fue a comienzos de 1990 cuando Peter Molin, el dueño del parque de atracciones de Alskog en la mitad de Gotland, tuvo la idea de comprar un camello y tras engorrosas gestiones logró conseguir un ejemplar, bautizado Kajsa, que pensó sería el único. Hecha la inversión, faltaba la mano de obra idónea para empezar a rentabilizar el negocio. Y aquí la suerte tocó con su varita mágica a Ibrahim. Su maestra de sueco, Eva Lotta Nyberg, se enteró de que en Gotland necesitaban un cuidador de camellos. Ella misma hizo de in termediaria laboral poniendo en contacto a las partes. Ibrahim era el hombre para el puesto en una "especializa ción" que no es frecuente en Suecia. El negocio empezó a funcionar tan satisfactoria mente que pronto Kajsa tuvo un compañero, Jorma, y ahora hay un total de cinco. Se necesitó aumentar también el número de empleados y entonces Ibrahim se acordó de su amigo Hassan y éste pasó a ingresar en la plantilla. "Lo que empezó con un camello terminó en un parque de animales", dice contento y orgulloso Peter Molin. Ibrahim y Hassan, por su parte, se encuentran en Gotland tan a gusto como si estuvieran en medio del desierto. Niños y mayores hacen cola para, previo pago de unas 400 pesetas, hacer un recorrido en camello entre cabras y cebras en medio del verde paisaje de la isla.-

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