23 muertos y 31 heridos al volcar un autocar cerca de Nîmes
El vehículo iba de Amsterdam a Barcelona y Alicante con 57 ocupantes, la mayoría españoles
La autopista ha vuelto a cobrarse su precio. 23 vidas humanas y 31 heridos a cambio de un cálculo erróneo, de una maniobra mal concebida, de una avería inesperada o de una irresistible cabezada al volante de un autobús. Así de simple. Así de trágico. Así de estúpido. El vehículo había salido el domingo de Amsterdam. con destino a Alicante. A bordo viajaban los dos conductores y 57 pasajeros, la mayoría de ellos españoles, como los 19 estudiantes de Psicología de Barcelona que regresaban de su viaje de fin de carrera. Para muchos de ellos fue su viaje de fin de vida. A la 1.30 horas de ayer, a la altura de la localidad francesa de Roquemaure, a unos 50 kilómetros al noreste de Nîmes, les aguardaba la tragedia.De los heridos, 28 son españoles y el estado de 9 de ellos reviste gravedad. Ayer tarde estaban ingresados en centros hospitalarios de las ciudades francesas de Montpellier, Aviñón, Nîmes, grange y Bagnole. El estado prácticamente irreconocible en el que quedaron algunos cadáveres dificultaba las tareas de identificación. Por la tarde, el embajador español en Francia, Máximo Cajal, que se había trasladado de París a Nîmes para coordinar la información y atención a los familiares de los españoles afectados, anunció que sólo 13 de los fallecidos habían sido identificados. El resto de los cadáveres debería esperar a ser identificado para proceder a su repatriación. De esos 13 muertos identificados, 11 eran ciudadanos españoles, uno holandés y otro belga.
El conductor del autobús, Salvador Recher Sánchez, permanecía ayer detenido e incomunicado en la gendarmería de Orange, tal como confirmó el propio embajador español desde Nîmes. Fuentes policiales francesas señalaron a la agencia Efe que el conductor había admitido en el interrogatorio que se había dormido al volante. Esta versión fue negada ayer mismo por los representantes legales de Recher. El otro conductor, Antonio Zarco, de 30 años, también fue interrogado por la policía y posteriormente quedó en libertad.
En la escuela de la pequeña localidad de Roquemaure, en cuyo término municipal se proujo el accidente, quedó instalada la capilla ardiente de los difuntos. Allí llegó poco después de las cuatro de la tarde el primero de los familiares de los fallecidos. Era el padre de Joan Pau Pérez, que viajaba en el autobús siniestrado con su pareja Elena Blanc Solé, el estado de la cual aún desconocía. El padre de Joan Pau llegó a Roquemaure a bordo de su vehículo después de enterarse de la noticia del accidente a través de la radio y, de la muerte de su hijo por medio de una llamada telefónica. A la 1.30 horas de ayer a Salvador Recher le faltaban unos 250 kilómetros de la autopista francesa A-9 para llegar a La Jonquera, donde debía ser relevado al volante por su compañero, que en esos momentos descansaba en su asiento. El autobús, un Scania de dos pisos, circulaba detrás de un camión. La distancia entre ambos vehículos se acortaba más y más y más, hasta que el autobús se echó encima del camión.
Isabel Gil, una estudiante de Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona que salió indemne del accidente, recordaba ayer mismo cómo de repente había visto que el autocar se abalanzaba sobre el camión. Cuando ya estaban encima, Recher intentó reaccionar. Ya era demasiado tarde. Dio un golpe de volante para intentar pasar al camión por la izquierda, pero el lateral derecho del autobús topó con la trasera del camión. El impacto despidió al autocar contra la valla de la mediana de la autopista, donde volcó y avanzó arrastrándose sobre su lateral izquierdo hasta que quedó inmovilizado en el espacio que separa las dos vías de circulación, unos 150 metros más adelante.
Isabel, de 26 años, iba sentada en el lado derecho cuando la violenta sacudida la volcó sobre los pasajeros del lado izquierdo Cayó junto a una mujer ensangrentada que antes de morir aún tuvo tiempo de decirle alguna palabra. Junto a ésta yacía otra mujer que había perdido un brazo. Los dos conductores, al igual que Isabel, resultaron ilesos.
El autocar, propiedad de la empresa alicantina Monllor y alquilado a la sociedad Starbus, cubría la línea regular Amsterdam-Alicante, vía Bruselas-Valenciennes y Barcelona. Había salido de la ciudad holandesa el domingo con un pasaje compuesto mayoritariamente por ciudadanos españoles. También viajaban a borde algunos holandeses, belgas, y un grupo de jóvenes franceses que habían subido en Valenciennes, en el norte de Francia. El horario de ruta preveía que el autocar llegase a Barcelona a primera hora de la mañana, a Valencia a las 13.00 horas y a Alicante a las 16.30. De los 57 ocupantes del autobús, 38 se dirigían a Cataluña y 21 -incluidos los dos conductores- a la Comunidad Valenciana.
El embajador de España en Francia, Máximo Cajal, y el cónsul general en Marsella, Nicolás Martín, viajaron ayer por la mañana a Nîmes, desde donde iniciaron las tareas de coordinación con las autoridades francesas y atención e información a los familiares de los ciudadanos españoles que viajaban en el autobús.
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