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Arantxa reivindica su juego en hierba

La española cree en sus opciones para ganar a Graf y convertirse en campeona

Lo de Arantxa es una cuestión de conviccion. Pero también de algo más. Es cierto que su carácter y la fe en sus propias posibilidades la han llevado más de una vez al triunfo. Pero si su juego no la acompañara su carrera no habría sido ni de lejos tan brillante como está siendo. Arantxa supera a todas las demás en dos aspectos: la condición física y la mentalidad. Son sus dos armas fundamentales, y en ocasiones hacen olvidar todas las demás. Sin embargo, ha ganado a Steffi Graf ocho veces y está convencida de que puede repetirlo hoy (15.00 horas, Canal +) en la final de Wimbledon.Arantxa deberá luchar contra todo. Pero eso no es un problema para ella. Tiene una mentalidad tan positiva que es capaz dé transformarlo todo en energía. Sabe que la mayoría da como clara favorita a Steffi Graf en la final de hoy. Y ella contrapone que lo mismo ocurría en las semifinales ante Conchita Martínez. Y ganó.

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"Tengo mis opciones", asegura. "He demostrado que puedo jugar bien en hierba. Soy la número uno del mundo en dobles y ello me ha ayudado a mejorar mis golpes en la red. Por otra parte, he cambiado mi actitud respecto a este torneo. Me divierto más jugando aquí y me siento más agresiva en mi juego. Voy a luchar para ganar a Steffi y ser la segunda española que conquista Wimbledon".

Con esta mentalidad se plantea la final. Pero también con unos golpes que le han permitido plantarse en 16 semifinales, nueve finales -las cuatro últimas consecutivas- y ganar tres títulos del Grand Slam. "Sólo con piernas y mentalidad no se ganan tres Grand Slam", comenta su madre, Marisa. "A veces me molesta ver cómo se desprecia el juego de Arantxa y se asegura alegremente que sólo sabe correr", añade.

Tiene razón. Arantxa lleva a engaño. Cuando se la ve en la pista se valora fundamentalmente que es capaz de llegar a bolas que otras jugadoras darían por perdidas. 0 sobresale su tremenda mentalidad, capaz de empequeñecer a cualquier rival. Y, habitualmente, sus golpes pasan más inadvertidos. Pero están ahí. Domina a la perfección el juego defensivo, sabe subir a la red con valentía cuando quiere meter presión, y ataca, fundamentalmente con su revés, si, es necesario.

Un análisis comparativo con el juego de Steffi Graf, la número uno del mundo, por ejemplo, nos lleva a conclusiones sorprendentes. ¿Qué tiene mejor la alemana que la española? Pocas cosas. Básicamente, la derecha, el servicio y tal vez el resto. Es importante. Pero Arantxa también supera a Graf en aspectos fundamentales del juego: el revés, el smash, la imaginación, la mentalidad y la condición física. En la volea obtendrían una puntuación similar.Esta comparación puede establecerse entre el juego de Arantxa, el de Steffi Graf y el de Conchita. Las demás jugadoras difícilmente lo resisten. Pierce tiene mejores golpes de fondo pero una mentalidad equivocada (se cree ya una estrella), Novotna no acierta a rematar sus partidos y las demás están muy lejos.

Prueba de ello es que desde la retirada de Mónica Seles, en 1993, Graf y Arantxa se han enfrentado en cuatro finales del Grand Slam, y una o la otra han participado en todas las finales, excepto en la de Wimbledon del año pasado, que jugaron Conchita y Navratilova.

Para Graf, eso no es una sorpresa. Ella no despreció en absoluto a Arantxa en su última conferencia de prensa. "No voy a desestimar en absoluto a Arantxa", comentó. "Está en la final de forma imprevisible. Jugó muy bien contra Conchita. Y lo que no voy a hacer es considerarme la favorita absoluta. Eso no es lo que siento, ni mucho menos".

El encuentro de hoy entre Graf y Arantxa es un nuevo capítulo de una obra que se inició en 1989 en Roland Garros y que ha proporcionado algunas de las páginas más bellas del tenis femenino en los últimos años. Su dualidad ha dado continuidad a las que marcaron épocas anteriores: Navratilova-Evert y Graf-Seles. El resultado del partido de hoy es tan imprevisible como el futuro.

El regreso de Seles en buenas condiciones puede acabar con los duelos entre Graf y Arantxa. Pero la espalda de Graf puede poner punto final en pocos años a la carrera de la alemana y permitir la próxima dualidad entre Arantxa y Seles.

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