Diálogo en Argel
LA CELEBRACIÓN del aniversario de la, liberación de Argelia del colonialismo francés ha sido la ocasión elegida por el jefe del Estado, general Zerual, para reaparecer tras un silencio prolongado y cambiar por primera vez en mucho tiempo su retórica de lucha incondicional contra. el integrismo por un mensaje en el que se entremezclan las condenas al terrorismo islámico con sugerencias de disposición al diálogo. Es aún pronto para saber si esto significa qué el propio general empieza -a comprender que el régimen argelino no tiene ya posibilidades de imponer una solución militar al conflicto con los grupos armados islamistas.Zerual no anunció la liberación de los líderes encarcelados del, Frente Islámico de Salvación (FIS), ni siquiera confirmó la apertura de negociaciones con ellos. Pero tampoco es difícil suponer que este vuelco en la estrategia del poder militar argelino requiere una presentación paulatina, ante todo para evitar reacciones sin control de sus propias Fuerzas Arma das y del aparato político. Numerosos datos parecen avalar que Zerual y su Gobierno negocian desde hace semanas en secreto con los jefes del Frente de Salvación Islámica (FIS), Madani y Benhadj, encarcelados en Argel. El imam Hocine Slimani, que" al parecer, actúa como mediador en esa negociación, hizo públicos hace días algunos datos sobre esos contactos encaminados a buscar una solución política. Que fuera detenido ayer sólo parece confirmar sus afirmaciones.
A la vista de estas informaciones, cobra mayor importancia la reciente destitución del ministro del Interior, Cherif, un duro, partidario de la guerra sin cuartel con los islamistas. Le ha sustituido Benmansur, antiguo prefecto de Anaba, persona menos comprometida ideológicamente. La negociación choca con enormes obstáculos. Problemas prioritarios, Como la puesta en libertad de los presos islamistas y la clevolución al FIS de los derechos democráticos, presentan para su solución práctica dificulltades considerables. Después de tres años de matanzas espantosas provocadas por ambas partes, los odios y el miedo mutuo que se han acumulado sólo se pueden superar con una política de creación dé confianza.
Hay. indicios de que los dirigentes del FIS estarían dispuestos a hacer una declaración condenando la violencia, y el retorno a métodos civiles y democráticos para exponer, y defender sus ideas. Exigen garantías de la liberación de los presos y de que recuperaran todos, sus derechos para actuar como partidos dentro de la legalidad.
Pero una de las más graves dificultades -con la que sin duda presionan los duros del régimen argelino para impedir o hacer fracasar la negociación- está en las dudas de que, en las condiciones actu4les, la voz de Madani -líder con enorme carisma antes de la prohibición del FIS- . tenga hoy la autoridad suficiente sobre los grupos armados (que no son un ejército estructurado) para obtener de éstos la renuncia a los métodos violentos de lucha.
Es imposlible no recordar ante esta situación compleja el, enorme error que cometió el general Zerual en enero de este año al negarse a aceptar el contrato, firmado en Roma por los partidos de la oposición, incluido el FIS, en el que se había logrado ya un consenso bastante avanzado sobre las condiciones necesarias para preparar un acuerdo. Aquel contrato contenía ya la condena de la violencia y preveía una etapa de transición para crear las bases de una Vida democrática en Argelia. Si Zerual hubiese aceptado los resultados de la, reunión de Roma estaría ahora más avanzada la preparación de un acuerdo con el FIS.
El futuro próximo dirá si hay voluntad política genuina por parte del presidente Zerual de negociar con quienes han sido sus enemigos irreconciliables hasta ahora y si, sus interlocutores en las conversaciones, pueden realmente controlar aún a las. fuerzas armadas islámicas que aseguran representar. Por Argelia y por toda la región, seria muy positivo que así fuera.
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