Tráfico perseguirá con 2.700 etilómetros el abuso de alcohol

La sorpresa de Tráfico para la gran desbandada automovilista de las vacaciones de verano será el despliegue de todos sus efectivos para evitar la ingestión de alcohol cuando se conduce. Ayer, en la presentación de la Operación salida que mañana iniciarán millones de personas, la Dirección General de Tráfico anunció que los 2.000 muertos que cada año se cobran las carreteras por conducir bajo los efectos del alcohol bien merecen una presión para disuadir a los conductores de que es mejor no beber si se pretende conducir.En este cerco al exceso de alcohol participarán todos los dispositivos de la Guardia Civil de Tráfico (unos 8.000 agentes) provistos de 2.000 etilómetros, más otros 700 que serán distribuidos a las policías municipales. Con estos aparatos se pretende efectuar 400.000 pruebas de detección a lo largo de verano en poblaciones donde se celebre algún festejo patronal y en las áreas de riesgo, donde se agolpan las discotecas.

Esta medida de choque se dirige a reducir la impresionante repercusión que el alcohol tiene en los accidentes. Según Muñoz, el alcohol estuvo presente en el 6% de los ocurridos en 1994. El porcentaje no es relevante, pero adquiere dramatismo al constatar que el alcohol está presente en una tercera parte de los accidentes y en la mitad de los siniestros con víctimas mortales. "Nunca tan pocos causaron tanto daño", apostilló Muñoz.

Asistido del nuevo general Jefe de la agrupación de la DGT, Pascual Navarro, Muñoz se mostró contrario a que las discotecas faciliten el test de alcoholemia. Cree que esta práctica anima a los clientes a beber hasta que el etilómetro avisa que se ha alcanzado el límite legal. "Entonces creen que están en condiciones de conducir, salen a la carretera y si les detienen se ve que se han pasado".

Muñoz pidió, la complicidad de los m dios de comunicación y la opinión pública para persuadir a jóvenes y adultos de que sean abstemios si pretenden echarse a la carretera. También se mostró confiado en que el Parlamento acelere el agravamiento de las sanciones, de manera que se eleven a muy graves, con multas de 100.000 pesetas, las infracciones por alcoholemia. Ahora se consideran sólo graves y se penalizan con 50.000 pesetas y la retirada del carné.