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EL ESCÁNDALO DE LAS ESCUCHAS

"Esto es un deporte nacional"

"Parece que esto es un deporte nacional", se quejó ayer el juez Baltasar Garzón, al ser requerido por EL PAÍS para que opinara sobre los pinchazos telefónicos que ha sufrido durante los últimos meses.El titular del juzgado central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional e instructor del caso GAL se resistió a hablar sobre este nuevo escándalo en el qué se ha visto envuelto. Pero, ante la insistencia del periodista, se quejó: "¿Qué se puede decir cuando lo que se sospecha se convierte en realidad? Supongo que como yo habrá otros muchos. Parece que esto de las escuchas es un deporte nacional".

El magistrado, en declaraciones que ayer publicaba Diario 16, desconoce quién es el autor del espionaje, aunque sospecha que "no parece obra de un aficionado".

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Entre las conversaciones interceptadas al juez hay seis con la senadora socialista Dolores García-Hierro, referentes en general a corridas de toros. García-Hierro corroboró las escasas dudas que le quedaban de que estaba siendo espiada cuando una noche, del pasado mayo llegó a su casa y encontró grabada en su contestador telefónico una conversación que había mantenido días antes en el bar del hotel Chamartín, de Madrid, con otros altos cargos socialistas regionales. Entonces no presentó denuncia porque Joaquín Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid, así se lo aconsejó. Garzón opinaba lo contrario.

La relación entre García-Hierro, toledana, de 37 años, y el juez es antigua y se mezcla con la historia de otra gran amistad de García-Hierro: la que mantiene con Joaquín Leguina. Esta mujer fue impulsada al puesto de portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid por los renovadores de Leguina, uno de los enemigos más furibundos del magistrado desde que éste abandonó su escaño en el Congreso. Fue precisamente a Leguina y a Garzón a los únicos a los que ella avisó, hace pocas semanas, cuando verificó lo que sospechaba desde hacía meses: que alguien le estaba espiando.

"Todo el día hablando"

Joaquín Leguina, presidente en funciones de la Comunidad de Madrid, arremetió ayer contra el juez Baltasar Garzón. "Este juez, si no está en el candelero, no está a gusto", señaló Leguina durante la inauguración de una obra en Madrid.

El político añadió: "Yo no entiendo para qué se tiene que escuchar a Garzón. ¡Pero si está hablando todo el día! Ustedes lo saben bien, que se le oye, aunque no aparezca por televisión. ¿Para qué escucharlo? Notiene ningún interés".

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