Los 'escudos' vuelven al frente

Los nervios pueden ser peores en Nervión, el barrio de Sevilla donde se alza el estadio Sánchez Pizjuán, que en Bosnia. Sevillistas confesos, el comandante Manuel Cortés Méndez y el capitán José Antonio Romero Huelin, los dos observadores de la ONU que pasaron 12 días cautivos de los serbios de Bosnia, apuraban ayer en el campo el final de su descanso en España. A las 7.30 de hoy parten del aeropuerto de San Pablo de regreso a Zagreb en un vuelo regular, vía Madrid y Zúrich. En la capital de Croacia, el cuartel general de Unprofor les dará nuevos destino y misión.El Sevilla invitó a ambos a seguir desde el palco, el trascendental partido con el Atlético de Madrid y les impuso una insignia de homenaje a mitad del encuentro. Al final, su equipo empató y alberga aún una esperanza de jugar la UEFA. Pero en el descanso todo estaba perdido, el campo era una caldera de sol y uñas mordidas y el capitán Romero reconocía: "Aquí se está pasando peor que allí". Claro, que en el estadio la tensión es "divertida y voluntaria", apuntaba su compañero.

Con relajado aspecto y aplomo profesional, los dos militares recalcan que están animados para regresar a Bosnia -"completamente preparados y dispuestos a ayudar"- y que sus esposas y el resto de sus familiares asumen que su compromiso de seis meses, que concluye el próximo mes de agosto, implica ahora el retorno al frente, aunque al fondo vaya a latir de nuevo la desazón. Los padres del capitán de Infantería de Marina no ocultan su preocupacion, "pero él es un profesional.". Su captura por las tropas serbias, y las penalidades pasadas han sido gajes de la misión humanitaria, y el comandante bromea incluso que así se ha alargado unos días más su permiso.

Una de las cosas que más han sorprendido al capitán Romero Huelin según sus familiares, es el recibimiento que se les ha dado en España. "Le paraban y saludaban por la calle", recuerda su padre.

Ambos oficiales piensan que la ofensiva de la Armija musulmana para romper el cerco serbio sobre Satajevo ha complicado la situación, pero no creen que ello vaya a redundar en un aumento de la inseguridad de los cascos azules españoles. "No es una cosa que nos sorprenda. Allí todo cambio implica modificaciones, pero cada 24 horas", indica el comandante del Ejército del Aire. Cortés piensa que los soldados, españoles ya toman suficientes precauciones y que la escalada bélica no hará que las incrementen.

Para su vuelta al frente, ellos mismos se han impuesto la obligación de una tarea extra: crear en el seno de la Agrupación Galicia una peña sevillista que compense el ímpetu de la bética que ya existe.