El Reino Unido intenta que Gibraltar no envenene sus relaciones con España
El Reino Unido no quiere que Gibraltar envenene sus relaciones con España. El ministro británico de Asuntos Exteriores, Douglas Hurd, ha tomado la iniciativa de viajar mañana a Madrid para entrevistarse con su homólogo, Javier Solana, e intentar rebajar la tensión entre ambos gobiernos a propósito de los tráficos ilícitos y del blanqueo de dinero procedente del narcotráfico que se llevan a cabo en la única colonia que subsiste en Europa, según indican fuentes diplomáticas.
Douglas Hurd almorzará con Javier Solana y será recibido después en audiencia por el Rey, pero, al menos ayer, no estaba previsto que se entre vístase con el presidente, Felipe González, a pesar de que lo ha solicitado. El Ejecutivo español expresa así su malhumor por la falta de colaboración de Londres en la lucha por acabar con los tráficos ilícitos.El huésped británico intentará convencer a sus interlocutores de lo contrario.A mediados de mayo, les recordará, convocó al ministro principal de la colonia, Joe Bossano, y le dio un ultimátum para que introdujese en la legislación local las directivas de la Unión Europea (UE) contra el blanqueo del dinero no sólo generado por el narcotráfico, sino también por todo tipo de delitos. De lo contrario, dejó caer, el Reino Unido se vería obligado a suspender la Constitución y administrar directamente la colonia.
Una plaza financiera
Bossano empezó resistiéndose, pero en unas declaraciones al diario londinense The Independent reveló que escribió el pasado día 12 a Hurdaceptando, en principio, su petición. "Estamos discutiendo introducir una legislación específica para penalizar los réditos de los delitos que no están relacionados con el narcotráfico" reconoció. Las medidas, añadió, no deben ser muy drásticas porque de serlo los inversores preferirán colocar su dinero en Luxemburgo o las islas del canal de la Mancha y el Peñón no llegará a ser una plaza financiera.Las autoridades británicas han debido de apreciar cierta buena voluntad por parte de Bossano."Creemos", declaró el pasado día 13 en la Cámara de los Lores la viceministra de Exteriores, Lynda Chalker, "que Gibraltar está en, el camino apropiado para introducir el. tipo de legislación que es muy importante para su futuro".
A Solana todavía no le ha llegado el mensaje. "Cada día que pasa la economía de Gibraltar está un poco más basada en los tráficos ilícitos y en el blanqueo de dinero", declaraba el pasado miércoles en una cena con corresponsales de prensa extranjeros en Madrid. "Es tanto menos aceptable que suceda en un territorio bajo soberanía británica", añadía entonces.
Cuando Hurd le haga, por fin, llegar mañana el recado, es dudoso que cambie de opinión. Primero, porque la diplomacia española. no acaba de creerse que Bossano haga cumplir las directivas comunitarias que Hurd parece a punto de forzarle a adoptar. Segundo, en el otro capítulo de las quejas españolas, el contrabando de tabaco y el tráfico de hachís, porque el ministro principal de la colonia no está, aparentemente, dispuesto a cooperar para erradicarlos.
Para castigarle, precisamente, por su falta de colaboración e incitarle a cambiar de actitud los ministerios españoles de Exteriores, Hacienda e Interior han puesto a punto una serie de medidas contra Gibraltar cuya fecha de entra da en vigor debe decidir Solana.
La lista permanece secreta, pero fuentes diplomáticas incluyen denuncias ante la Comisión Europea por los tráficos ilícitos y el fraude fiscal' que resta a la Hacienda española ingresos por valor de 20.000 millones de pesetas anuales.
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