22 concejales se despiden del Ayuntamiento con algún sollozo
El salón de plenos del Ayuntamiento de Madrid despidió ayer a 22 de los 57 concejales que hasta ahora se sentaban en sus bancos. Una docena de ediles del PP, diez del PSOE y dos de Izquierda Unida dijeron adiós a sus compañeros, intercambiaron teléfonos y algún sollozo. El ex edil de Centro Angel Matanzo no pudo evitar que una lágrima asomase a las miradas lánguidas que dirigía a los policías municipales a los que estrechaba la mano mientras descendía por última vez las escaleras de piedra de la casa consistorial. Unos minutos antes se había jactado de los 12.000 votos que obtuvo su candidatura en las elecciones y achacaba a la falta de dinero para su campaña el hecho de no haber logrado un acta de concejal. Matanzo abandonó el Partido Popular tras dos años condenado al ostracismo después de que el alcalde le destituyese tras intentar cerrar el teatro Alfil en 1993.El primer teniente de alcalde, Luis María Huete, quien, será diputado autonómico y senador, dijo sus últimas palabras en el pleno y se, refirió a cada uno de los concejales. "Los que definitivamente nos vamos no podemos ocultar la nostalgia ni cierta envidia de los que permanecen", leyó. Cuando terminó su discurso, el portavoz socialista Juan Barranco abandonó la sala sin quedarse a escuchar las palabras del alcalde, José María Alvarez del. Manzano.
El díscolo Venancio Mota, concejal de Moratalaz y Vicálvaro, declaraba a quien quisiese oírle que abandonaba el Ayuntamiento con la satisfacción del deber cumplido.
La hasta ahora concejal d e Servicios Sociales, Ana María García Armendáriz, se mostraba algo triste" pero no ocultaba su alivio. No tendrá que afrontar otros cuatro años de disgustos por falta de presupuesto. García Armendáriz se ha ido por petición propia.
Otros se dedicaban a olisquear el aire por si por alguna esquina aparecía un puesto donde retirarse de la política activa.
Por su parte, el alcalde pidió disculpas a todos los que en algún momento pudiera, haber herido con sus palabras y deseó a los ediles salientes ("la mayoría por decisión propia", aclaró) mucha suerte: "Váyanse tranquilos."
En el orden del día del pleno sólo figuraba la aprobación del acta del anterior, Esta era una sesión para los adioses
