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Los clientes huyen de Costa Polvoranca

F. Javier Barroso

La zona de copas de Costa Polvoranca, en Alcorcón (144.850 habitantes), no levanta cabeza desde el pasado 21 de mayo, cuando murió asesinado Ricardo Rodríguez a las puertas de uno de los locales de ocio. Los empresarios de la zona temen ahora por sus negocios. Los clientes han desertado en masa, algunos camareros se han despedido para evitarse líos y varios establecimientos han echado el cierre.Ricardo Rodríguez fue la víctima de una riña entre un grupo de jóvenes cabezas rapadas y otro de punkis. Cinco días después, una manifestación convocada para repudiar este tipo de actos terminó en una batalla campal entre policías y grupos de punkis, y con el local Don Quijote de la Marcha -frecuentado por cabezas rapadas-, asaltado e incendiado.

Las consecuencias para la costa han sido mortales. Calles vacías y algunos locales cerrados es el panorama actual. El sábado, la afluencia de personas aumenta ligeramente. Puede llegar a superar las 1.000 personas entre las nueve y las. doce de la noche. De madrugada, los empresarios insisten en que se juntan unas 4.000 o 5.000 personas, porque la gente acude a la costa cuando ya han cerrado los del centro del municipio. La cifra, sin embargo, dista mucho de las 15.000 o 20.000 que iban antes del crimen.

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La policía de Alcorcón prefiere que las copas se tomen en la 'costa'

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El panorama ha cambiado en cuestión de tres semanas: ya no se ven los tradicionales grupos de jóvenes que bajaban en riadas a los bares por la avenida de Polvoranca. Los empresarios temen que no puedan mantener los negocios ni los empleos que han creado : se puede pasar de 400 trabajadores a 200 o incluso a menos. Muchas familias viven de esos negocios.Ya se han producido los primeros despidos, casi todos voluntarios. Algunos trabajadores no quieren volver a estos locales. En su mayoría son jóvenes y sus familias han hecho, que no vuelvan al lugar. Otras veces son ellos los que declinan trabajar. No se sienten seguros en esa zona o prefieren evitar conflictos. Los que se despidieron cobraban por término medio entre 60.000 y 80.000 pesetas aproximadamente, según comentaron algunos empresarios a EL PAÍS.

Desde la Asociación de Empresarios de Costa Polvoranca se están buscando medidas para promocionar la zona, aunque todavía no hay nada en concreto.

Desde la propia Policía Municipal también se insiste en el hecho. El descenso de clientes está trayendo mayores problemas al municipio: los jóvenes se concentran en los locales del interior del mismo. "Ahora se llenan los locales del centro del municipio, con lo que hay problemas de ruido y de circulación", comenta el director de servicios de Seguridad Ciudadana, Rafael Moro. Éste espera que vuelva la gente a la costa, porque "le viene mejor al municipio".

El Ayuntamiento, mientras, guarda silencio. Nadie quiere hablar del tema. Por su parte, Joaquín Vilumbrales, líder del PP, la fuerza más votada en las pasadas elecciones, comentó ayer que hechos como la muerte de Ricardo no favorecen en absoluto a esta zona.

En estos momentos, para Vilumbrales, Costa Polvoranca ya no es lo que era. Las circunstancias son, para el líder popular, las que llevan a la juventud por sistemas más saludables y pacíficos.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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